```
—Ya volví —dijo Li Yifei al tocar la puerta del baño.
—¡Ah! Hermano Li, ya regresaste —una voz sorprendida y encantada vino desde adentro. La puerta corrediza se movió un poco, abriendo una pequeña grieta, pero luego se cerró rápidamente—. Ya casi termino.
—Jeje, tómate tu tiempo, yo voy a descansar un poco.
Después de fumar un cigarrillo en la sala, Su Yiyi ya había salido, su figura envuelta en un vestido tipo slip de seda que la hacía ver pura y encantadora como una flor de loto emergiendo del agua, sin duda una visión que uno desearía tener en sus brazos.
—Yiyi, eres tan hermosa —Li Yifei no pudo evitar halagar, su mirada fija en Su Yiyi sin moverse ni un momento.
Sonrojándose por los elogios de Li Yifei, Su Yiyi estaba llena de alegría y dijo de manera coqueta:
—Hermano Li, me estás tomando el pelo otra vez.
—¿Cómo podría estar tomándote el pelo? Si no fueras hermosa, ¿cómo podría tenerte como mi novia? Te estoy diciendo la pura verdad —respondió Li Yifei.
