—¡Toc, toc, toc! —Un repentino golpeteo en la puerta sobresaltó a Li Yifei y Su Yiyi, quienes estaban en medio de un momento íntimo.
Los dos intercambiaron miradas antes de que continuara el insistente golpeteo. Li Yifei frunció el ceño ante la perturbación; tener a alguien que viniera a estas horas realmente mataba el ambiente. Pero la persona afuera parecía persistente, como si no se fuera a dar por vencida a menos que la puerta se abriera. Li Yifei abrazó brevemente a Su Yiyi y dijo:
—Voy a ver quién es.
Sonrojada, Su Yiyi dijo suavemente:
—Ve rápido, probablemente sea la Hermana Xiaofei.
Li Yifei también pensó que probablemente era Meng Xiaofei. Tal vez la vecina azafata había perdido sus llaves nuevamente y vino a buscar un repuesto con él. Saltando de la cama, Li Yifei fue a abrir la puerta, solo para encontrar que no era Meng Xiaofei, sino aquella pequeña niña, Chu Xiaoyao.