Después de un viernes ajetreado, justo antes de terminar el trabajo, Li Yifei recibió inesperadamente una llamada de Ye Yunzhu, lo que lo sorprendió. Además, despertó en él una emoción compleja e indescriptible. Sentía que, aunque él había seguido adelante después de su relación con Ye Yunzhu, su llamada había vuelto a sumir su corazón en el desorden.
Al contestar el teléfono, Li Yifei dijo con una sonrisa:
—Jefa Ye, ¿qué te hizo pensar en llamarme hoy?
El tono de Li Yifei era muy relajado, y el de Ye Yunzhu era igualmente lighthearted:
—Entonces, ¿estás de buen humor después de dejarme, eh?
—Yunzhu, esto... uh... —Li Yifei no sabía muy bien cómo responder a eso. Después de todo, su relación pasada con Ye Yunzhu era un hecho innegable y, no importa la separación, al final era Ye Yunzhu quien había salido más herida.
