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—Tú... ¿qué estás haciendo? —Xu Yingying se alarmó de repente, tartamudeando—. Esto es... la oficina.
La mirada de Li Yifei hacia Xu Yingying se volvió muy tierna, como la ternura del agua, y su voz llevaba un magnetismo seductor mientras decía profundamente:
—Yingying, realmente no había pensado que tuvieras tales pensamientos. ¿Sabes? De hecho, me has gustado durante mucho tiempo. Hacerme pasar por tu novio estos últimos días ha sido el tiempo más feliz de mi vida, pero terminó demasiado rápido, casi de repente. Estos días no he podido comer ni dormir bien; cada vez que tengo un momento para mí, pienso en ti, en los días que pasamos juntos.
Los ojos de Xu Yingying se agrandaron mientras miraba a Li Yifei; sus ojos se llenaron de miedo, su tez se volvió pálida y casi sale corriendo.
Pero entonces, las manos de Li Yifei presionaron de repente sobre los hombros de Xu Yingying, haciéndole imposible huir, y continuó:
