Al segundo día, Li Yifei llegó a la empresa, y el teléfono de la oficina no dejaba de sonar, todo por gente respondiendo a la publicidad de trabajo que habían visto en la Televisión.
Li Yifei solo podía contestarles uno por uno. Originalmente pensó que un Gerente de Recursos Humanos que no hacía nada sería la persona más tranquila de la empresa, pero ahora se dio cuenta de que no solo el trabajo no era relajado, sino que en realidad era bastante ocupado. Estuvo tan ocupado que no dejó el teléfono hasta el mediodía.
Cuando vio que ya eran las once y media, Li Yifei desenchufó la línea telefónica. Ahora, aunque alguien llamara, él no quería contestar. Realmente estaba exhausto.
Justo entonces, sonó su celular. Li Yifei frunció el ceño, pero al ver que era una llamada de Xu Yingying, aún así lo contestó.
—¿Por qué tu teléfono de la oficina está inaccesible? —preguntó Xu Yingying.
