—Shanshan, ¿por qué no me llamaste antes de venir? Te habría recogido —Li Yifei se unió a ellas en el sofá. Con las dos hermanas sentadas en el largo sofá, él solo podía sentarse a un lado.
—¿No es acaso un ataque sorpresa lo que quería llevar a cabo? —dijo Xu Shanshan inmediatamente entre risitas.
—¿Cómo es que aún no confías en la relación entre tu hermana y yo? —mostró una expresión de impotencia Li Yifei.
—No es que no confíe, es solo que verlos juntos a los dos me resulta algo extraño —miró Xu Yingying y dijo Xu Shanshan.
—¿Qué tiene de extraño? No juzgues mi relación con Yifei por tus estándares, ¿está bien? —la miró con severidad y replicó Xu Yingying.
—Muy bien, muy bien, no miraré. Si me pongo muy exigente y tú me mandas de vuelta a casa, entonces sí que estaré realmente miserable —Xu Shanshan capituló.
—Yingying, Shanshan ha venido desde tan lejos; simplemente déjala relajarse aquí y que la pase bien —rió y dijo Li Yifei.