—Puedes matarlo —Li Yifei señaló hacia el padre de Su Yiyi detrás del Gerente Sun.
Las palabras de Li Yifei hicieron que a todos en la habitación se les erizara la piel; estas personas no eran ninguna figura significativa. El llamado Gerente Sun solo tenía un pequeño salón de karaoke, donde mantenía un montón de anfitrionas y ganaba algo de dinero mediante engaños y estafas. Por eso podía permitirse tener algunos seguidores, y por eso otros lo llamaban Gerente Sun.
Lo más grande que habían hecho era meterse en peleas y romper los brazos o piernas de las personas; cuando se trataba de amenazar con cortar las manos del padre de Su Yiyi, solo intentaban asustarlo. Sin embargo, las palabras de Li Yifei sugerían que cometieran un asesinato, lo que naturalmente los dejó en shock.
El Gerente Sun, al menos, tenía algo de coraje. Resopló en ese momento y dijo:
