—Cuñado, ¿no se suponía que no volverías a casa esta noche? —exclamó Xu Shanshan con cara de sorpresa al abrir la puerta.
—Llegar tarde es una cosa, no volver a casa por la noche no es característico de un buen hombre —rió entre dientes Li Yifei.
—Ah, no me vas a dar un masaje en los pies hoy, ¿verdad? —soltó un sorprendido "Ah" y exclamó Xu Shanshan.
—¿Por qué tanto griterío? Tu cuñado lo hace por tu bien. Actúas como si fuera una tortura todos los días —dijo Xu Yingying lanzándole una mirada severa a Xu Shanshan, cuando ésta ya había salido a ver volver a Li Yifei.
—Lo sé, lo sé. Voy a remojar mis pies ahora mismo, ¿no es suficiente? —hizo un puchero Xu Shanshan, sintiéndose agraviada.
—¿Cómo es que volviste? —preguntó Xu Yingying con un rostro que irradiaba alegría que no podía ocultar.
—¿No es esta mi casa? Como esposo, ¿cómo no voy a volver por la noche a estar con mi esposa? —dijo Li Yifei mientras suavemente rodeaba con su brazo los hombros de Xu Yingying.