—Señor Li, disculpe mi osadía. Conozco algunos de los personajes conocidos en Ciudad Milla, pero nunca he tenido el placer de conocerlo a usted, señor Li. ¿Puedo preguntar en qué sector está usted? —dijo Qin Handong con una sonrisa humilde.
—Entonces estás equivocado. No estoy en los negocios —respondió Li Yifei con una sonrisa leve.
—¿Entonces, está en el gobierno?
—No, tampoco es eso —la sonrisa de Li Yifei se profundizó.
—Entonces usted es... —Qin Handong frunció el ceño, perplejo. Hoy en día, para ser realmente impresionante, uno tenía que ser o un oficial o un comerciante.
—Soy solo un empleado ordinario —dijo Li Yifei, encendiendo un cigarrillo.