—Me parece bastante normal —dijo Xu Yingying con una sonrisa orgullosa—, apagando casualmente la lámpara de la mesita de noche. Si no tienes dinero, solo tienes que decírmelo.
—No te preocupes, definitivamente lo haré —bostezó Li Yifei y luego le dio la espalda a Xu Yingying.
No habían pasado dos minutos cuando Xu Yingying lo abrazaba por detrás otra vez, lo que hizo que Li Yifei se quejara interiormente. ¿Esto qué era, un intento de matarlo? Jugando al mahjong antes, Xu Shanshan ya lo había agotado, y ahora con Xu Yingying haciendo esto, ¿no era tentarlo a cometer un error?
—Hoy estuvimos muy cerca, casi nos atrapan —el comportamiento de Xu Yingying hoy era mucho más natural que el de ayer, apoyándose en la espalda de Li Yifei, aún podía charlar con él.
Li Yifei dijo inmediatamente, —Ya no voy a hacer más este trabajo; es demasiado deprimiente, tener que esconderse debajo de la mesa tanto tiempo.
