Podía decir que, a pesar de que Pequeña Ru decía que no quería acercarse, en realidad estaba más curiosa que yo.
Sus ojos seguían mirando en esa dirección, pensando que yo no sabía.
A medida que nos acercábamos, de repente vi a no mucha distancia, a un chico abrazando fuertemente a una chica.
En ese momento, la falda de la chica estaba levantada, y los pantalones del chico habían resbalado hasta sus tobillos; la chica estaba sentada sobre el chico, moviéndose de arriba abajo, disfrutándolo con los ojos cerrados, emitiendo olas de gemidos extáticos.
La escena era bastante explosiva.
Los ojos de Pequeña Ru estaban fijos en la pareja, su mano agarraba la mía fuertemente, su palma sudaba, indicando que parecía muy nerviosa.
—Tsk, sinvergüenzas —después de mirar un rato, pareció salir de su ensimismamiento, escupiendo con la cara sonrojada.
—Xu Tian, no vayamos hacia allí, vamos por allá —diciendo esto, me tomó de la mano y se dirigió hacia un rincón.