Después de descansar un momento, Yang Yaxue también volvió en sí tras la pasión que acabábamos de compartir. Se lanzó sobre mí y me abrazó fuertemente, susurrando —Xu Tian, de verdad te amo hasta la muerte. Si solo no estuvieras ciego, qué maravilloso sería.
—Yo...
En ese momento, sentí verdaderamente el impulso de decirle que mis ojos en realidad se habían curado.
Pero las palabras llegaron a mis labios y me las tragué de nuevo.
Porque no sabía si ella continuaría esta relación conmigo si le dijera la verdad.
—Yo... creo que tal como estamos ahora está bastante bien —dije con una sonrisa incómoda.
Yang Yaxue no dijo nada; solo me miró tiernamente y luego, esos labios suaves avanzaron para besarme de nuevo.
Nos abrazamos fuertemente, y después de haberla tocado por un rato, ella lo quiso de nuevo.
Entonces, se arrodilló y envolvió mi dureza con su sexy boquita.
Verla trabajando duro para complacerme era realmente emocionante.
