—Hmm...
—Tan pronto como su pequeña mano agarró mi erección, no pude evitar soltar un gemido de placer, fue realmente muy agradable.
—¿Puedes... puedes no hacer ese ruido? —La cara de Liu Piaopiao se enrojeció de inmediato, y después de lanzarme una mirada fulminante, comenzó a concentrarse en acariciarme.
—Qué bien, realmente bien, Hermana Liu, tus manos son realmente algo especial.
—Acompañado por oleadas de placer de abajo, no pude evitar empezar a alabarla.
—Al principio, se resistía un poco y no me dejaba llamarla así, pero gradualmente se acostumbró y simplemente me siguió la corriente.
—Cada movimiento de Liu Piaopiao emanaba un encanto cautivador, y con el placer continuo que venía de abajo, mi respiración comenzó a acelerarse, y aquello se hinchó bajo sus caricias.
—Al parecer, notando mi cambio, de repente se detuvo y dijo seriamente: "Esta vez no puedes hacer eso de nuevo, de lo contrario, realmente te ignoraré."
—No te preocupes, definitivamente no lo haré.