Parecía que Tía Wu realmente estaba en un punto de desesperación, su estado frenético casi era demasiado incluso para mí.
No paramos, moviéndonos del dormitorio a la sala, luego de la sala al baño, y aun en la ducha no olvidamos hacerlo una vez más.
Ella alcanzó el clímax cinco veces bajo mi asalto implacable, y yo finalmente me derramé por completo dentro de ella.
Sin embargo... esto era solo el principio.
En el tiempo que siguió, comimos algo y no pudimos evitar hacerlo algunas veces más.
Durante la mayor parte del día, Tía Wu era insaciable en sus demandas.
He visto sed, pero nunca hasta el extremo de su sed - fue una primera vez para mí.
Lejos de sentirme cansado, encontré que estar con una mujer madura y sexy como ella era un placer.
Al final, fue Tía Wu quien no pudo más.
—Aiyo, mi pequeño ancestro, ¿podrías por favor perdonarme? —dijo Tía Wu.
—Tía estaba equivocada, verdaderamente equivocada.