—Mi mano acariciaba suavemente el muslo liso de Liu Qingxue, y ella me lanzó una mirada —dijo él—. Quizás porque mi pequeña sobrina estaba presente, su rostro se puso rojo, mostrando un atisbo de timidez.
—No presté mucha atención y, siguiendo su muslo, naturalmente toqué su alegre trasero y le di un apretón.
—Mmm... —Ella no pudo evitar dejar escapar un gemido ahogado, pero no dijo nada.
—Porque la luz estaba bastante tenue, y dada nuestra posición en los asientos, Wang Nianqiu no podía ver lo que yo estaba haciendo.
—Me lo estaba pasando en grande, pero gradualmente, me sentí insatisfecho y mi mano lentamente exploró hacia su área privada.
—Su delicado cuerpo tembló, esos ojos grandes y llorosos me miraban, sin palabras.
—Sin embargo, justo en ese momento, ella de pronto se giró y me susurró al oído —Xu Tian, si sigues así, tendré que decirle a mi tía, ya sabes.
