—¿Protegerla? ¿Con qué pies?
—¿Cómo podría ese hombre protegerla? Si ni siquiera la protegió en el pasado, ¿cómo podría protegerla ahora?
—Stella, alguien te busca —dijo alguien mientras Emily y Stella charlaban un rato.
Después de eso, sonrió como si estuviera viendo un buen espectáculo —Stella, robaste el marido de alguien más. Señorita Richard, ¡tu madre vino a verte!
—¿Quién robó el marido de quién? ¡Que quede claro! —habló Emily enojada e inmediatamente detuvo a la chica—. ¡Hablas demasiado! Fue idea del presidente permitir que Stella se quedara en la empresa y la trasladara a la oficina secretarial. ¿Acaso pensaste que Stella...
—¡Está bien! ¡Emily, no hables! —Stella la detuvo rápidamente.
Emily tiene muy mal genio. Especialmente cuando veía que sus amigos eran intimidados, se enojaba. Además, su temperamento se elevaba más rápido que cualquier otra persona.
Si discutían entre ellas así, no sería bueno. Cuanto más discutían, más gente en la empresa se enteraría.
