_"PROLOGO"
En una tranquila tarde en la ciudad, Abel, un joven soñador apasionado por las historias de fantasía, encontró un viejo libro en una librería de segunda mano. Era un volumen polvoriento titulado "El mundo las Maravillas". Al abrirlo, sintió una extraña conexión con sus páginas, y en un instante, el mundo a su alrededor se desvaneció.
Cuando volvió en sí, Abel se dio cuenta de que ya no estaba en su habitación. En su lugar, se encontraba en un elegante vestíbulo adornado con relojes de todo tipo y colores vibrantes. Su reflejo en un espejo le hizo estremecerse. Había reencarnado como un mayordomo en el mundo del las maravillas, específicamente en la corte de la Reina de Corazones.
Al principio, todo parecía un juego. A pesar de ser un sirviente, disfrutaba del ambiente caótico y absurdo del País de las Maravillas. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que su apariencia había llamado la atención de varias de las habitantes del reino, y no de cualquier modo. Eran mujeres que se obsesionaban con él, cada una con su propio estilo y peculiaridades.
Primero, estaba Alicia, quien quedo atrapada en ese mundo caótico, tratando de salir. Al ver a Abel, sus ojos se iluminaron con una fascinación incontrolable. "Eres diferente", le dijo, acercándose demasiado a él por primera vez. Pensado que el podría ser la llave para salir del mundo de las maravillas, Al final su devoción por él se tornó en una obsesión casi yandere. Publicando una escena tras otra, donde su comportamiento era cada vez más posesivo y extraño.
Luego estaban las cartas del naipe, especialmente la Reina de Corazones. Su personalidad autoritaria y temperamental se intensificó en presencia de Abel. "¡Que le quiten la cabeza a quien se atreva a mirarte!" gritó una vez, desatando el caos en su corte solo para protegerlo. La obsesión por su nuevo mayordomo la llevó a intentar convertirlo en su favorito, ignorando las advertencias de los demás sobre su naturaleza destructiva.
Pronto, el caos no solo afectó a los residentes del País de las Maravillas. Personajes de otras historias comenzaron a cruzar la frontera de sus mundos. Ariel, la sirenita, llegó buscando al chico que se dice era un "príncipe" en su mundo y que había perdido su camino. Al verlo, su corazón se aceleró, y con su canto hipnótico, intentó atraerlo hacia el océano.
Rapunzel, con su cabello dorado y su naturaleza inocente, también entró en escena. Lo conoció mientras Abel exploraba el bosque, Pensado que el era el caballero que había venido a rescatarla de su torre. Con su entusiasmo contagioso, aumentó la rivalidad por la atención de Abel, sin entender realmente el peligro de las obsesiones de las demás.
Blancanieves, siempre sensible y dulce, trató de mediar entre las chicas en conflicto, pero incluso ella no pudo evitar ser atrapada por la magia del mayordomo. Sus dulces canto y su belleza la convirtieron rápidamente en otra pretendiente.
Abel, atrapado en este torbellino emocional y de locos personajes, trataba de encontrar su camino y evitar que la tensión entre ellas se volviera destructiva. Cada noche se encerraba en su habitación, preguntándose cómo había llegado a esta situación y si alguna vez podría volver a su antiguo mundo.
Finalmente, se dio cuenta de que debía usar su ingenio para intentar llevar la paz a este mundo loco.