A veces, tenemos que dejar de intentar ser diferentes y simplemente intentar encajar en un molde.
Lo cual no es tan fácil como parece. Incluso abrir un pequeño negocio requiere muchos documentos. Para alguien que solo trata de sobrevivir en este mundo tan duro, todas estas reglas no son más que obstáculos. ¿Por qué no podemos ser más flexibles por una vez? Hacer nuestro mejor esfuerzo y que todo mejore. Pues no. Es más complicado que eso.
Esto fue lo que pensé cuando quise abrir mi pequeño negocio hace unos meses. Estaba ansioso por empezar a vender y a grabar contenido para mi página de Instagram, pero nada se sentía bien. Siempre había ese pequeño documento faltante que interrumpía el proceso y me detenía.
Soy Lucas. Si te lo preguntas. Ni siquiera puedo ser un buen narrador en mi propio diario. Pero seamos honestos. ¿Quién va a leer estos textos de mierda sobre mí, mi vida y mi pésimo sentido del humor?
—¿Lucas? ¿Sigues garabateando en ese librito tuyo? ¿Y qué hay de los clientes?
Todos, ella es María. La encargada de la cafetería.
—¿Cómo te fue en clase hoy? ¿Qué estudiaron? ¿Te divertiste con tus compañeros?
Siempre actúa como si fuera mi madre. Encuentro eso muy dulce y triste al mismo tiempo. ¿Me veo tan patético como para que ella actúe de esa manera? Nunca entendí por qué algunas personas sienten empatía por los demás.
Me parece ridículo si alguien viene a mí y se ofrece a ser como un hermano mayor, aunque soy hijo único. Es una gran responsabilidad. ¿Qué pasa si no puedes estar presente cuando necesito la guía de un hermano mayor? ¿Por qué espero algo que no es real? Una ilusión.
—¡Oye, Lucas! ¡Estás aquí para trabajar, así que trabaja! ¡No puedo garantizar que seguirás aquí si no haces las cosas bien!
¿Ves? ¿Por qué molestarse en actuar amablemente si vas a cambiar de inmediato después de decir tus pequeñas palabras y satisfacer tu ego?
¿Cómo se siente decir cosas a los demás solo para satisfacerte a ti mismo?
¿No es egoísmo?