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—Ohh... ¡Motherfucker!—Yuuji no podía creerlo.
Su nueva vida era... ¡¿UN HENTAI?!.
Y quizá podría pensar que era bueno pero la realidad era otra, ya que el lore anterior de Masterpiece, al menos eran una familia adoptiva sin ningún parentesco sanguíneo, ¿pero ahora?. Eran literalmente su madre y hermanas, de hecho todas las miembros femeninos de su familia parecían ser sacadas de un maldito hentai.
Realmente no sabía si era buena o mala suerte... y no sabía cómo sentirse al respecto pero por lo menos no era un hentai de NTR, Monstruos o... algo peor.
No quería pensar en ello sinceramente.
Dejando de lado ese lado ese extraño asunto familiar, en el cual por el momento no quería pensar. Su abuelo pertenecía a un anime más... normal, "Isekai de Cheat Skill..." su nombre era más largo pero no lo recordaba del todo pero sí lo hacía con la trama, quizá lo más importante era la habitación secreta que pertenecía a su abuelo la cual estaba repleta de objetos que había recopilado a lo largo de sus viajes por el mundo y en dicha habitación secreta se encontraba la puerta que, literalmente, entraría para ir a otro mundo.
Pensando en ello era como tener la posibilidad de estar en dos Isekai a la vez... lo cual era interesante.
Pero, aunque una parte de él estaba emocionado, otra muy diferente comenzó a llenarlo de miedo y pavor cuando pensó en la posibilidad de que esa puerta fuera diferencia a la que él conocía. Su vida era la mezcla de un Hentai y un Anime a la vez, los cuales no tenían correlación entre sí pero este mundo lo hizo posible.
¿Cuanta era la posibilidad que la puerta al otro mundo... no lo enviaría a uno mucho peor que al que realmente pertenecía?. Eran muchas las posibilidades de que sí... su familia era una fusión de dos series totalmente diferentes, del otro lado podía estar una situación similar.
*Sigh*
*¡Slap!*
Suspiró para golpearse las mejillas con ambas manos, se sentó contra su armario, no tenía que dejarse abrumar por la situación. No importaba que tan extraño sea todo lo que estaba viviendo, debía mantener la calma, después de todo ni siquiera sabía si realmente la habitación secreta estaba disponible para él o incluso la puerta.
Y realmente necesitaba mantenerse en calma cuando se dio cuenta que sus sentimientos nuevos eran conflictivos con sus sentimientos viejos. Sentía que mientras más pasaban los minutos sus sentimientos, recuerdos y experiencias se mezclaran entre sí, como si el jodido mundo quería que se adaptará rápido a su nueva existencia.
¡Maldita sea!.
Afortunadamente no tenía que ir a algún lado ya que sus recuerdos le mostraron que estaban en vacaciones de verano y estás habían comenzado el día anterior, por lo cual tenía mucho tiempo para acostumbrarse a su nuevo entorno, familia y... sentimientos sobre todos.
Los cuales su viejo yo no podía creer que tenía su nuevo yo.
Dios todo era tan complicado pero iba a tener que vivir con ello y ya vería más adelante que decisiones iba a tomar de ahora en adelante. Literalmente sus nuevos sentimientos se sentían emocionados cuando pensaba en su madre y hermanas cuando recordaba brevemente sus atractivos y sensuales cuerpos mientras les hacía el amor.
Era raro de cojones y, se dio cuenta que pensó en sí mismo en esa situación, gruño molesto y volvió a sacudir la cabeza para quitarse esos pensamientos.
—Será mejor que busque la maldita puerta para distraerme— Murmuró Yuuji con fastidio, queriendo dejar los pensamientos incestuosos de lado.
Se levantó del suelo en el que se encontraba y se dirigió suavemente hacia la salida de su puerta, al abrir se aseguro de que no hubiera nadie y por lo que sabía era muy temprano en la madrugada, toda su familia debería estar durmiendo ahora mismo.
Dejando la puerta de su habitación abierta, se dirigió hacía el baño en silencio queriendo hacer el mínimo sonido posible e ingresó a él. Se parecía al baño que pertenecía a Yuuya en el anime pero mucho más espacioso, y por sus nuevos recuerdos sabía que su casa era bastante grande.
Miró su mano derecha un segundo y apretandola en un puño con determinación, levantó la mano para extenderla al lado de la pared del espejo y empujar... empujo y empujo pero nada pasaba.
—(¡Carajo!)— Pensó Yuuji con enojo.
Cuando se dio cuenta que la pared no iba a abrir un entrada secreta, sin importar donde tocara o cuanto empujara, realmente le dio ganas de gritar de frustración.
—*Sigh* (Y ahí se va una oportunidad...)— Pensó con resignación y, luego de lavarse la cara para calmarse, regresó a su habitación con bastante desgano.
Ahora mismo se cuestionaba si era suerte o no lo que tenía... tener ese pasaje secreto hubiera sido muy bueno para alcanzar una fuerza sin igual que lo podría ayudar en esta nueva vida pero supuso que debía esforzarse tanto cómo lo había hecho en su vida anterior.
Lo bueno que le sacaba a todo esto es la juventud de su nuevo cuerpo, por lo cual podría hacer mucho y prepararse para una buena vida, aunque no fuera mucho tenía dinero que su abuelo le dejó en el testamento y el cual estaba guardando para un día lluvioso... y estaba feliz de que, al menos, hubiera sido inteligente en ese aspecto.
Podría usar ese dinero para invertir para su futuro y volverse millonario rápidamente para no tener que preocuparse por ello en un largo tiempo.Cerró la puerta de su habitación con un suspiró resignado y se lanzó a su cama de espalda apoyando su cabeza en sus brazos. A pesar de tener un plan para un vida normal pero sencilla, quizá volviendo a ser modelo o seguir con su curiosidad en la música, realmente le hubiera gustado tener la posibilidad de tener esa puerta para ir a otro mundo fantasioso donde iba a tener su propio sistema y podía hacer dinero con mucha más facilidad que no afectaría la economía de Japón... o el mundo.
Además... ¡Sería genial poder tener armas y armaduras que realmente funciones para ayudar a las personas como una especie de héroe!.
Después de todo estaba en un mundo aparentemente hentai y, habiendo conocido alguno de ellos por amigos, sabía que había algunos donde podrían utilizar hipnosis o otros poderes para aprovecharse de mujeres por que son tan horribles tanto en apariencia como en personalidad que esos personajes masculinos nunca podrían tener nada con una mujer sin usar algún poder extraño para esclavizarlas.
No tenía idea si existían pero ahí estaba el riesgo y, con las bellezas que eran las mujeres de su familia, no dudaba que alguno ponga sus ojos en ellas y sentía esa sensación de protegerlas.
¡Y hubiera sido de mucha ayuda tener alguna de esas habilidades para arruinarles la vida a esos idiotas!.
—Mierda...— Murmuró Yuuji al darse cuenta que esa posibilidad era bastante alta. Miró la foto de su abuelo y frunció el ceño. —¿Realmente no me dejaste nada más, abuelo?— Alzó la mirada al techo y, como si fuera un rayo, unas palabras le vinieron a la casa.
"Hay un libro en mi habitación, es importante para mi. Y cuando yo me haya ido, será tuyo... el y sus secretos te pertenecerán."
De repente, se sentó en la cama con los ojos muy abiertos.
Repaso esas palabras una y otra vez, no entendía cómo pudo enterrarlas tan profundo en sus mentes que casi las olvido, pero ahora que las recordó y se dio cuenta que se había mudado a la habitación que le perteneció a su abuelo en su momento y que era para él exclusivamente... todo parecía encajar.
Se levantó de forma apresurada y fue hacía la estantería de libros que estaba en la habitación.
—Si realmente está aquí... te juro que seguiré cada uno de tus consejos, abuelo— Murmuró Yuuji para sí mismo con emoción en su voz.
Su mirada pasó por todos los libros de la estantería, buscando algún detalle que le haga funcionar sus recuerdos, hasta que sus ojos se posaron en un libro único entre todos los demás debido a sus detalles.
En el lomo de este libro en particular, resaltan dos buhos plateados similares al que había en la gran puerta al otro mundo.
Yuuji, finalmente, se permitió sonreír con emoción.
—Ahora sí, carajo—
Y estiró su mano para tomar ese libro...