La figura de exoesqueleto avanzado avanzó lentamente, cada paso resonando en la sala mientras la luz del núcleo energético brillaba tras él. Nathan notó cómo las piezas del exoesqueleto se movían con precisión mecánica, integradas perfectamente al cuerpo del hombre. Sus ojos cibernéticos, fríos y analíticos, los examinaban como si calculara las probabilidades de cada uno de sobrevivir al encuentro.
—¿Quién demonios eres? —preguntó Ayla, levantando su arma y apuntándole al instante.
El hombre esbozó una leve sonrisa, pero sus ojos metálicos no mostraron emoción alguna.
—Me llaman Kain. Y ustedes han cometido un error al venir aquí.
Eira, que había permanecido en silencio, dio un paso atrás, claramente nerviosa.
—He oído de él... Kain es un ejecutor de Archon. No estamos preparados para enfrentarlo.
—Si tiene conexión con Archon, no podemos dejar que tome el núcleo —replicó Ayla, manteniendo el arma firme.
Kain soltó una carcajada breve, su voz reverberando por la sala.
—Es adorable que crean tener elección.
Sin previo aviso, alzó su brazo derecho, que se transformó en un cañón mecánico. Un destello de energía iluminó la sala mientras disparaba. Nathan reaccionó por instinto, lanzándose al suelo mientras Ayla devolvía el fuego y Eira buscaba cobertura detrás de una consola.
—¡Manténlo ocupado! —gritó Eira desde su posición—. Necesito tiempo para acceder al núcleo.
—¿"Manténlo ocupado"? Claro, como si fuera fácil —murmuró Nathan mientras levantaba su rifle.
El sistema activado dentro de él parecía anticipar los movimientos de Kain. Mientras disparaba, líneas de trayectoria y puntos débiles brillaban en su visión, pero incluso con esa ventaja, Kain era increíblemente rápido. Cada disparo que acertaba parecía ser absorbido por el blindaje del exoesqueleto.
—¡Ayla, necesitamos un nuevo plan! —gritó Nathan mientras esquivaba otro ataque.
—¡El plan es sobrevivir! —respondió Ayla, apretando los dientes mientras disparaba con una precisión que parecía apenas ralentizar a Kain.
Kain avanzaba con calma, sus movimientos calculados y precisos.
—¿Es esto todo lo que tienen? Qué decepción.
Nathan se sentía cada vez más frustrado. Aunque el sistema mejoraba sus reflejos y análisis, no era suficiente contra alguien con tantas mejoras mecánicas. Miró a Eira, que estaba concentrada en el núcleo, sus dedos moviéndose rápidamente sobre el teclado de su dispositivo.
—¡Eira, apúrate! —gritó.
—¡Estoy trabajando en ello! Este sistema es más complicado de lo que esperaba.
Nathan inhaló profundamente, tratando de calmar su mente. Algo dentro de él pulsaba, como una energía latente que no sabía cómo liberar. Miró su rifle, recordando cómo lo había modificado antes.
—Si funcionó una vez… —susurró.
Se concentró, permitiendo que el sistema tomara el control. Una sensación extraña recorrió su brazo mientras colocaba la mano sobre el arma. El rifle comenzó a cambiar, su estructura ajustándose y expandiéndose. Cuando terminó, el arma tenía un diseño más avanzado, con un cañón dual y una pantalla holográfica que mostraba datos en tiempo real.
—Espero que esto sirva —dijo Nathan, levantando el rifle modificado.
Ayla notó el cambio y asintió.
—Hazlo contar.
Nathan apuntó, y esta vez el disparo impactó con fuerza suficiente para hacer tambalear a Kain. El ejecutor soltó un gruñido bajo, claramente sorprendido.
—Interesante… Parece que no eres un simple insecto después de todo.
Kain ajustó su postura, su exoesqueleto brillando mientras una nueva capa de armadura emergía, cubriendo sus puntos débiles. Luego extendió su brazo izquierdo, revelando una hoja de energía que vibraba con un zumbido agudo.
—Pero esto no cambia nada.
Kain se lanzó hacia ellos con una velocidad imposible, obligando a Nathan y Ayla a separarse. Ayla rodó hacia un lado, disparando mientras se movía, pero Kain la esquivó con facilidad. Nathan, por su parte, apenas logró bloquear el ataque con su rifle, que absorbió parte del impacto de la hoja de energía antes de enviarlo volando hacia atrás.
—¡No podemos seguir así! —gritó Ayla.
Eira finalmente levantó la vista, una sonrisa triunfante en su rostro.
—¡Lo tengo!
El núcleo comenzó a brillar con más intensidad, y una onda de energía recorrió la sala, obligando a Kain a retroceder.
—¿Qué hiciste? —gruñó él, mirándola con una mezcla de ira y sorpresa.
—Redirigí el flujo de energía del núcleo. Ahora está sobrecargado. Si se queda aquí, será destruido junto con todo este lugar.
Kain apretó los dientes, claramente evaluando sus opciones. Finalmente, dio un paso atrás, desactivando su hoja de energía.
—Esto no termina aquí. —Sus ojos cibernéticos se fijaron en Nathan—. Nos veremos de nuevo, y la próxima vez, no tendré tanta paciencia.
Con un salto impresionante, Kain atravesó una rejilla en el techo y desapareció.
Nathan se levantó con dificultad, su cuerpo adolorido por el impacto.
—¿Está… está todo bien?
Eira asintió.
—El núcleo está estabilizado por ahora, pero tenemos que llevárnoslo antes de que otra ola de problemas llegue.
Ayla bajó su arma, aunque todavía parecía alerta.
—¿Qué tan lejos está tu nave?
—Lo suficiente como para que no sea un paseo fácil —respondió Eira, sonriendo débilmente.
Nathan se acercó al núcleo, observando cómo la luz azul palpitaba con una energía que parecía viva. Aunque no entendía completamente su significado, sabía que era clave para desentrañar los misterios del sistema.
—Entonces será mejor que nos movamos.
Con el núcleo en sus manos, el trío se preparó para salir del búnker,