La noche se cerraba con un aire de tensión palpable mientras Dano y Ari mantenían su vigilancia en la sala de interrogatorios.
El hombre que habían capturado en el parque, ahora conocido como Samuel Harker, estaba sentado bajo la fría luz fluorescente, con las manos esposadas y una expresión impasible.
Había algo inquietante en él, una calma calculada que ponía a prueba los nervios de Dano.Danthor, flotando junto a Dano en su forma de gato-gelatina, observaba al sospechoso con una mezcla de curiosidad y burla.
"Es tan típico de los humanos actuar como si el silencio los hiciera invulnerables," comentó con su tono característicamente sarcástico.
"Pero este sujeto... tiene algo diferente. Algo oscuro.""Lo sé," murmuró Dano, pasando las páginas del expediente con dedos tensos.
"Pero necesitamos más que un instinto para derribarlo. Las pruebas que tenemos son circunstanciales, y su abogado no tardará en aparecer para complicarnos la vida.
"Ari se acercó, colocando una taza de café junto a Dano. Sus ojos serios brillaban con determinación.
"¿Qué hacemos ahora? Las huellas que encontramos en el banco del parque coinciden con las de Harker, pero eso no basta para vincularlo a las desapariciones.
"Dano suspiró y miró a Danthor. "¿Puedes sentir algo más? Algo que podamos usar."Danthor cerró los ojos, concentrándose.
Su cuerpo traslúcido parecía vibrar mientras exploraba el ambiente con su percepción sobrenatural. Después de unos segundos, abrió los ojos y susurró: "Hay algo en él. Un rastro de emociones densas... culpa, quizás.
Pero también algo más antiguo, más profundo. Como si este no fuera su primer acto oscuro."La puerta se abrió de golpe, interrumpiendo la conversación.
Era el Capitán Morales, un hombre robusto de mirada severa que llevaba años en la fuerza. "Dano, Ari, ¿qué tienen?" preguntó sin preámbulos.
Dano resumió los eventos de la noche, incluyendo el ataque en el parque y las pruebas recolectadas.
Morales asintió lentamente, su rostro una máscara de preocupación. "Harker es nuestro principal sospechoso, pero si no conseguimos algo sólido pronto, lo liberarán.
¿Han considerado revisar su historial?
"Ari ya estaba en ello, escribiendo rápidamente en su computadora portátil. "Está limpio, al menos en apariencia.
Sin antecedentes penales, sin quejas en su contra. Pero... aquí hay algo interesante. Trabaja como repartidor y su ruta cubre todas las áreas donde ocurrieron las desapariciones.
"Eso no es una coincidencia," dijo Dano, levantándose de golpe.
"Necesitamos registrar su apartamento. Si es nuestro hombre, algo en su vida diaria debe delatarlo."Morales asintió.
"Les conseguiré la orden. Mientras tanto, sigan presionándolo. Quizás podamos sacarle algo antes de que su abogado aparezca.
En la sala de interrogatorios, Harker seguía tan impasible como antes. Ari tomó la delantera esta vez, sentándose frente a él con una sonrisa que no llegaba a sus ojos."Samuel, sabemos que trabajas en las áreas donde desaparecieron las mujeres," comenzó, su tono suave pero firme.
"Eso no puede ser una coincidencia. Si cooperas ahora, podríamos ayudarte."Harker la miró con una ligera inclinación de cabeza, como si estuviera evaluándola. Luego, con voz baja y carente de emoción, dijo:
No sé de qué están hablando. Solo estaba paseando por el parque."Dano, que observaba desde la esquina, sintió que algo en la postura de Harker cambiaba.
Un leve endurecimiento de los hombros, un parpadeo demasiado prolongado.
Había mentido."No está diciendo la verdad," murmuró Danthor, sus ojos amarillos brillando intensamente.
"Puedo sentirlo. Pero hay algo más... alguien más. Esto es más grande de lo que parece."
Dano se acercó al sospechoso, apoyando las manos en la mesa. "Samuel, las huellas no mienten. Estabas ahí cuando esa mujer gritó.
¿Qué pasó realmente?"Por un momento, pareció que Harker iba a responder. Pero entonces, una sonrisa perturbadora apareció en su rostro.
"¿Qué creen que pasó, detective? Tal vez deberían mirar más de cerca a quienes me siguen tan de cerca."
Dano sintió un escalofrío recorrerle la columna. Las palabras de Harker eran ambiguas, pero contenían una amenaza velada.
Antes de que pudiera responder, la puerta se abrió nuevamente. Esta vez, era el abogado de Harker, un hombre delgado con lentes y un portafolio en la mano."Mi cliente no responderá más preguntas,"
declaró, cruzando los brazos. "Si tienen algo contra él, preséntenlo. Si no, esto termina aquí."