El invierno progresa demasiado rápido, los suministros son suficientes, nuestro hogar es acogido por el calor de la chimenea, la leña se agota lentamente.
Llevo un tiempo sin saber de Charles, mi querido y amado Charles, quien fue por trabajo a la ciudad de N.Y. A pasado ya 6 meses desde su partida, he enviado incontables cartas y no hay respuesta alguna...
Ha pasado un tiempo desde que recibí una carta de él, pero hoy en la mañana, el cártero ha llegado apresurado.
"Señor Carlos! Señor Carlos!!"
Gritaba el cártero, con un tono de voz tan alegre.
"Es-s es una carta del señor Charles!"
-que sorpresa- dije con una voz tan risueña.
-de verdad una carta del señor Charles?-
Seguía sin poder creerlo.
"Si señor, es una carta del señor Charles"
El cártero y yo, somos muy buenos amigos, siempre pasamos tiempo juntos, es mi gran amigo de la infancia, él más que nadie sabe cuánto espero la carta de mi amado Charles.
"Si, tome, aquí tiene"
El cártero, Javier, mi gran amigo, siempre siendo un rayo de luz en este gran y basto desierto invernal.
Tras lo sucedido, procedi a entrar en mi hogar, lleno de alegría y rebosó por la llegada tan anhelada de su carta.
" Querido Carlos, lamento no haber respondido tus cartas a tiempo.
El invierno aquí se a prolongado, cada vez es más difícil encontrar tiempo para escribir o descansar.
Realmente lamento no poder estar hay para ti, quisiera poder escapar he ir corriendo a casa, nuestra casa...
Enviaré dinero de estos meses, para que puedan estar tranquilos, tú y nuestros hijos.
Tan pronto acabe el invierno acabe, volveré a casa, tenlo por seguro, mi amado Carlos.
Con amor, Charles"
Ese sentimiento de alegría al saber que volverías, mantenía mi esperanza viva, tan pronto termine de leer la carta, tome un bolígrafo y un papel.
"Mi amado Charles
Te he extrañado por mucho tiempo, me alegro de que estés bien.
Los niños y yo estamos muy bien, hay suficiente suministros, aunque la leña poco a poco disminuye, pronto tendré que salir a por más.
El invierno casi concluye, oh bueno, eso espero, las nueces y los fuertes vientos gélidos no disminuyen como se tenía previsto.
Agradezco a Dios que estés bien de verdad, te tomaré la palabra, mi amado, te estare esperado con los niños en casa.
Con amor, Carlos
Posdata, cuídate y abrigate por favor!"
Tan pronto termine de escribir la carta, busque un sobre, y corrí hacia la oficina postal de Javier, entregué la carta y tan rápido se la dí, me sonrió, él sabía que lo había estado extrañando demasiado.
Y sin más preangulos salió a dejar la carta.
Mi amado Charles, espero y te encuentres bien, y cuídate por favor, te necesito..