En un mundo habitado por una raza conocida como capzan, nació un niño en la familia real. Todos estaban felices, aunque sentían una cierta incomodidad.

La raza entera se dedicaba a la guerra, ya que nacían con un poder admirable desde su nacimiento, y ese poder aumentaba durante el combate. Las familias tenían sus propias habilidades, y su rango determinaba su futuro.

El niño que había nacido era resultado de la unión de las dos familias reales más poderosas, la familia de las sombras y la familia del Mar. Estas familias siempre habían estado en guerra, pero tras el nacimiento de este niño todo se calmó.

Ese niño era yo.

Pasó el tiempo.

Alguien de nuestra raza ofendió a alguien muy poderoso. Mi familia estaba preocupada y tomó la decisión de salir a pelear. Sin embargo, yo solo tenía tres años en ese entonces y no sabían qué hacer conmigo. A diferencia de los demás, mis padres eran amorosos y bondadosos, ya que los demás solo tenían relaciones sin ningún tipo de afecto, pues solo les interesaba pelear.

Tomaron una decisión...

Me enviarían a un planeta donde yo podría hacer mi vida sin complicaciones. Me metieron en una nave, me dieron libros, comida y otras cosas que no conocía, y me enviaron. Mientras la nave se dirigía a un lugar desconocido, volteé a ver a mi planeta natal, el planeta Sitory. Pude ver una nave muy grande acercándose a mi planeta. Un rayo rojo salió disparado de la nave hacia mí planeta.