Al hombre no le quedó otra opción que reducir distancias, después de todo estaba en desventaja numérica y su intención era mantener la barrera intacta para detener la tragedia que podría pasar.
- Se hacen llamar Dioses del equilibrio y vienen en dos contra uno?
- Claro, lo dice el traidor que buscó romper el equilibrio por poder.- Este
- Te equivocas, la verdad no tengo idea de que me hablas, sin embargo sé que hablarles a ustedes no serviría de nada.
- Al menos tenemos una cosa en acuerdo.- Este
El Dios del Este empieza a desesperarse de la emoción y comienza acortando distancia a una velocidad espeluznante. Crea una onda de choque con solo parar el golpe en seco sin golpear al hombre en la cara.
- Diablos, creí que te sorprenderías aunque sea un poco, siempre tan poco expresivo. Como Dios te ordeno que seas más expresivo jaja. ¿Ah? espera…
- ¿A qué se debe la capucha? me costó reconocerte, yo solo me acerque a gran velocidad asumiendo que eras tú, no todos los días llega alguien y se para solo frente al ataque coordinado de dos Dioses.
- No es necesario explicarlo, menos en esta situación, mejor ayúdame a calentar.
- Siempre voy enserio.
- Demuéstralo.
- ¡Sin rencores!
Se abalanza con múltiples ataques perfectos a gran velocidad, mientras que el Dios Sur va bloqueando sin titubear con sus palmas al imbuirse en magia.
- Vaya, no esperaba que entrenaras tan bien tu punto débil.- Este
- ¿No se unirá a la fiesta él o qué?
- Tantas ganas tienes de morir?- Norte
- Simplemente quiero acabar pronto con este alboroto.
Pelean de una forma tan impecable que el daño por ambas partes fue casi nulo, deslumbrando a todos en la batalla por las ondas de choque consecutivas. Sin embargo, después de diez días de guerra se une a la pelea con el Dios del Norte.
Lamentablemente no todo fue muy bien para el Dios Sur, empezando a bajar el ritmo por desgaste, su gente desesperada viendo tal masacre de su Dios intentan darle más fuerza con su fe, pero aún así el daño que le han hecho se va notando.