en realidad hubo un error y me enrede en los capitulos perdon por eso Capítulo: La Promesa de Luffy
La tormenta rugía con furia mientras el Going Merry surcaba las olas. La tripulación de las Sombrero de Paja, formada principalmente por mujeres fuertes y decididas, se encontraba nerviosa, pero Luffy, el único hombre a bordo, mantenía su característico optimismo. Sin embargo, la atmósfera se tornó más densa cuando Nami, con su mirada penetrante, se dio cuenta de que se acercaban a Reverse Mountain.
—¡Escuchen! ¡Vamos hacia la Grand Line! —exclamó Nami, su voz resonando sobre el estruendo del viento.
Zoro, ahora con una actitud desafiante, levantó una ceja en incredulidad. —¿Por qué no podemos simplemente ir hacia el sur? —preguntó, cruzando los brazos, mostrando su frustración.
En un giro inesperado, la tormenta se detuvo, y Nami reveló que se encontraban en el Calm Belt, un lugar donde no había vientos ni corrientes. Sin perder tiempo, instó a la tripulación a remar con todas sus fuerzas hacia la tormenta, pero antes de que pudieran reaccionar, un rugido profundo resonó en el agua. Los Sea Kings emergieron, gigantes y amenazantes, obligando a la tripulación a luchar por sus vidas.
Las Sombrero de Paja, unidas, se enfrentaron a la amenaza. Usopp, con su ingenio, lanzó una serie de trampas que desorientaron a los monstruos, mientras Sanji, con su agilidad, se movía como un torbellino, dando patadas precisas. Pero en medio del caos, Luffy se encontraba en el centro, protegiendo lo que más amaba: su barco y a sus amigos. Con un grito feroz, utilizó su poder de Gomu Gomu para lanzar un golpe que hizo retroceder a uno de los Sea Kings, logrando así que la tripulación se reagrupara.
Finalmente, tras una intensa batalla, lograron escapar de las garras de los gigantes marinos y se encaminaron hacia Reverse Mountain, aunque con el timón del Going Merry dañado. Luffy, con su energía inagotable, asumió la responsabilidad de guiar el barco, mientras las chicas de la tripulación, en un acto de complicidad, no perdieron la oportunidad de aprovechar su inocencia, haciéndolo tropezar y caer en posiciones comprometidas mientras intentaban ayudar.
Al llegar a Reverse Mountain, se encontraron con algo inesperado: una ballena gigante llamada Laboon bloqueaba su camino. El Going Merry chocó contra ella, rompiendo su mástil. Luffy, en un acto impulsivo, le dio un golpe en el ojo a Laboon, provocando un resoplido de sorpresa de la ballena.
—¡Oye, eso duele! —gritó Luffy, mientras Laboon los tragaba. Pero él, astuto y rápido, logró escapar justo a tiempo. Sin embargo, se dio cuenta de que sus amigos estaban dentro de Laboon, y decidió actuar.
Mientras tanto, las Sombrero de Paja exploraban el interior de la ballena, enfrentándose a un calamar gigante. Zoro, con su espada lista, luchaba ferozmente, mientras Sanji lanzaba patadas que hacían temblar el agua. En medio de la batalla, se encontraron con un misterioso hombre llamado Crocus, quien, tras una breve confrontación, se unió a ellos para calmar a Laboon.
—¡¿Por qué no te calmas?! —gritó Crocus, disparando una bazuca hacia la ballena. Luffy, emocionado por la oportunidad de hacer un nuevo amigo, fue a ayudar a Laboon, prometiendo que volvería a pelear con ella.
Al final, Luffy pintó su Jolly Roger en la frente de Laboon, sellando una promesa de regreso. Pero la tristeza se apoderó del ambiente cuando Crocus les reveló la verdad: Laboon había estado esperando a su antigua tripulación durante más de 50 años. Las lágrimas brotaron de los ojos de las chicas al escuchar la historia desgarradora de la ballena, la cual, a pesar de su inmenso tamaño, llevaba una carga emocional tan pesada.
En un momento de reflexión profunda, Luffy se acercó a Laboon, ahora con una expresión seria.
—¡Prometo que volveré! —declaró Luffy, su voz resonando con determinación.
Mientras tanto, Nami se dio cuenta de que su brújula había dejado de funcionar. Crocus les explicó que necesitarían un Log Pose para navegar por la Grand Line y, agradecido por la ayuda a Laboon, les ofreció uno.
Los Sombrero de Paja se despidieron de Laboon, con el corazón apesadumbrado, pero llenos de esperanza por el futuro. Sin embargo, en el fondo, Luffy sabía que había más por venir. La aventura apenas comenzaba, y estaba decidido a proteger a su tripulación, incluso si eso significaba enfrentarse a sus propios miedos y desafíos.
Mientras zarparon hacia Whisky Peak, Luffy sonrió, sintiendo la fuerza de sus amigos a su lado, mientras sus corazones latían al unísono por el camino que les esperaba.