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Chapter 2 - El despertar de Chrollo

Con el pasar del tiempo, los maltratos cesaron. Su madre, quien se había traumado ante la idea de que su marido le golpease de nuevo, le prohibió cualquier cosa, en pro de evitar enojar a Gustav. Para el pequeño Chrollo, quien siempre recibió un trato cariñoso y lleno de cualquier cosa que exigiera, fue un golpe duro el no tener permiso para siquiera salir de su propia casa.

Con el pasar del tiempo, los maltratos cesaron. Su madre, quien se había traumado ante la idea de que su marido le golpease de nuevo, le prohibió cualquier cosa, en pro de evitar enojar a Gustav. Para el pequeño Chrollo, quien siempre recibió un trato cariñoso y lleno de cualquier cosa que exigiera, fue un golpe duro el no tener permiso para siquiera salir de su propia casa.No podía realizar actividades al aire libre, pues su padre lo castigó de tal manera; sus discos favoritos fueron rotos, y cada juguete en su habitación fue desechado. Fue obligado a ayudar con la limpieza de su habitación, la cual era enorme para el pequeño de 3 años. Era increíble que pese a su corta edad, el niño fuera capaz de hacer tales acciones, aunque claro, cuando tu padre se había vuelto un abusador total, era normal que te vieras obligado a acatar cualquier castigo impuesto por él.Su madre había generado un terror a su padre, al punto en que buscaba cualquier pretexto para estar junto con Chrollo. Su pequeño la consolaba, llorando junto a ella. Una vez su padre los observó llorar, sabiendo perfectamente que era la razón detrás de aquél miedo nacido de la tortura que llevó a cabo contra su propia esposa.—Todo esto fue su culpa, si me hubieran hecho caso, nada de esto hubiera pasado —dijo Gustav, tantas veces que el propio Chrollo las había comenzado a creer.Se volvió muy obediente ante su padre, haciendo de inmediato cualquier cosa que le dijera. Sacar sus platos, limpiar sus zapatos y ayudar a podar el jardín. El pequeño Chrollo lo hizo por miedo a ser golpeado, y sobre todo, a que su madre fuera torturada de nuevo. Su computadora fue removida, dejando su habitación demasiado minimalista y carente de diversión. Para un niño, cuya infancia debía ser basada en la felicidad y amor, se volvió un total infierno.Chrollo escondió su único bien preciado, el libro que Pitou le había regalado. El secreto del bandido era algo que leía todos los días en su habitación. Se vió forzado a aprender a leer aquella letra tan complicada, relacionando las palabras con sus semejantes occidentales. Para cuando había pasado una semana, Chrollo logró leer correctamente la letra cursiva del manuscrito.Chrollo no entendía muchas de las palabras del libro, lo que dificultó su comprensión del mismo. En este tiempo, mientras ayudaba a podar el jardín, nunca volvió a ver a Juggernaut. En su lugar, un hombre más bajo lo sustituyó. Este hombre era frío, carente de emociones y muy distante, totalmente opuesto a la persona que era Juggernaut. Su padre lo había removido de la mansión, mandándolo a encargos que anteriormente pertenecían al nuevo guardaespaldas, cuyo nombre era Feitan.Faltaban solo 3 meses para que llegue su cumpleaños, celebrado a inicios de Enero. Su padre, quien estaba expectante ante su cuarto cumpleaños, decidió reunir a su familia en una cena, la cual era bastante callada. Su madre mirando a su plato de comida, temblando al estar en presencia de su padre. Él por otro lado, la miró con una cara triste, observando en lo que se había convertido su pobre madre.—Chrollo, en 3 meses cumplirás cuatro años —dijo Gustav, captando su atención.—Sí, el 3 de enero cumpliré 4 años —asintió Chrollo, esperando la respuesta de su padre.—Ese día no tendrás cumpleaños —finalizó Gustav, con unos ojos tan fríos que estremecieron a Chrollo.Chrollo bajó la cabeza, comiendo su comida en silencio y lentitud. Su padre era un total villano. Su comportamiento había cambiado, y todo a raíz de haber ido al parque mientras estaba castigado. Todas las noches antes de dormir, Chrollo deseaba que Lady Nagant lo rescatara. Su heroína lo mantuvo con esperanza. Su madre no podía, ella era la víctima de su padre, lo que ocasionó un fuerte resentimiento contra su propio padre.Tres meses pasaron, durante los cuales Chrollo fue llevado al límite por su padre. Lo mandaron a dormir más temprano de lo habitual, para mantenerlo despierto a primera hora de la mañana. El niño estaba harto, al punto en que su rencor empezó a hacerse cada vez más fuerte. No podía hacer nada, y el estrés comenzó a carcomerlo. Esperó su cuarto cumpleaños sin ánimo, mientras que su padre lo hacía con ansiedad.Llegó el gran día, y Chrollo fue retirado de la mansión. Su madre se había quedado en la casa, no deseando acompañarlo, dado que su padre era quien personalmente lo estaba llevando. En el camino, mientras Chrollo estaba en el asiento del copiloto, su padre había comenzado a hablar con él.—Chrollo, ¿Sabes por qué es importante este día? —Preguntó Gustav, mirando al frente.—Porque hoy sabremos cual es mi Quirk —respondió Chrollo, con ansias.—¿Y sabes por qué es importante que conozcamos tu Quirk? —Preguntó Gustav, deteniéndose frente a un parque.—¿Para poder saber si seré un héroe? —Preguntó Chrollo, inocente.—No seas estúpido —respondió Gustav, irritado, causando un susto enorme en su hijo—. Es porque tú eres mi heredero, Chrollo.Gustav posó una mano sobre la cabeza de Chrollo, estremeciendo al niño por su fuerte agarre. Redirigió su cabeza, obligándolo a ver a los niños jugar en el parque. Todo este tiempo, Chrollo estuvo siendo llevado a un parque en el que no iban niños, dadas las condiciones abandonadas del mismo.—Es importante que tengas un buen quirk, porque tú nunca serás como ellos, Chrollo. Eres un Lucilfer, eres un miembro de una familia muy poderosa en el mundo, Chrollo. Somos políticos, miembros de la alta sociedad. ¿Puedes mirarlos? Esos niños nunca serán nadie. Muchos de ellos serán simplemente más del montón. Por otro lado, tú estás destinado a la grandeza, a ser más que ellos. Ellos serán los empleados, y tú el contratador —dijo Gustav, mirando a su hijo, obligando a que Chrollo lo mirase—. Si resulta que tienes un Quirk mediocre, créeme Chrollo, la vas a pasar muy mal. Esta vez no se tratará de tu madre.—¿Qué? —Chrollo tembló, escuchando atentamente a su padre.—Si no tienes un buen quirk, te haré sufrir, te haré saber lo que es el infierno en la tierra... —Susurró Gustav, empezando a apretar su cabeza ligeramente, con unos ojos penetrantes—. Y si resulta que eres un quirkless...Gustav soltó al niño, quien ya había llegado a la respuesta. Su padre había estado cerca de matar a su mamá ese día, y Chrollo era testigo de lo que su padre podía hacer en su estado más enojado. Si resultaba decepcionarlo, y ser una absoluta carga, entonces era seguro decir que Chrollo iba a ser ejecutado por su progenitor.Gustav continuó su viaje, ignorando a Chrollo, quien había comenzado a llorar por el estrés. Estaba ansioso, comenzando a morderse las uñas, sollozando en silencio, intentando no molestar a su padre. Rogó porque Lady Nagant lo mirase llorar, porque lo ayudase, pero sabía que no llegaría. Seguramente estaba salvando a la demás gente, mientras que él debía estar al lado de su padre, un villano.Llegaron a una clínica privada, la cual era bastante costosa. Gustav lo cargó de forma suave, disimulando una cara afligida al ver su rostro derramando lágrimas. Se acercó a él, y con una amable sonrisa, le habló al oído.—Si no dejas de llorar, voy a golpear a tu madre... —Gustav observó a Chrollo intentar calmarse, lográndolo. Sonrió, entrando a la clínica.Cuando entró, saludó al personal médico, quienes parecían conocerlo. Se dirigió a una sala especial, entrando tras haber tocado tres veces la puerta. Cuando entraron, observaron a un anciano cuya sonrisa amable tranquilizó bastante a Chrollo. Se acercaron, con Gustav dejándolo en una silla a su lado.—Mucho gusto pequeñín, mi nombre es... —Chrollo fue saludado por el anciano, quien le comenzó a explicar el procedimiento—. A continuación sentirás un pequeño piquete en tu brazo. Te haremos una radiografía y después, veremos tu estado.A Chrollo le sacaron sangre, no sintiendo el dolor en lo absoluto. El médico lo felicitó, regalándole una paleta por haber sido lo suficientemente fuerte para resistir aquella inyección. Chrollo pronto fue llevado a hacer la radiografía, la cual fue de todo su cuerpo. Para cuando acabaron las pruebas, el médico se acercó a él, colocándolo en una camilla, sentado.—Bien Chrollo, a continuación usaré mi quirk para determinar el tuyo. Mi quirk me permitirá saber con exactitud qué clase de Quirk posees, así como una muy breve descripción del mismo.El anciano tocó a Chrollo en la cabeza, pues era en el cerebro donde se solía desarrollar la mutación que permitía al organismo controlar los quirks. Chrollo sintió una chispa en su cabeza, algo que lo hizo abrir los ojos de sobremanera. El anciano parpadeó, notando que le tomaba más tiempo del necesario.—¿Qué sucede doctor? —Preguntó Gustav, ansioso.—Está tomando más tiempo del necesario... Su quirk parece estar demasiado dormido, como si no fuera el momento de que despierte —dijo el anciano, frunciendo el ceño—. Esto dolerá, pues acabo de activar un quirk tardío sin querer.Cuando el anciano dijo eso, a Gustav le brillaron los ojos, pues un quirk tardío era más fuerte que un quirk despierto a la edad adecuada. El cuerpo requería más desarrollo para poder albergar la habilidad de manera correcta, modificando la estructura corporal de forma lenta, y una vez el usuario fuera lo suficientemente apto, el quirk despertaría.Chrollo sintió un gran dolor en su cabeza, retorciéndose en la camilla, gritando en agonía. Fue uno de los peores dolores que jamás sintió, pues una migraña de otro mundo había sacudido todo su sistema. Se sostuvo la cabeza, llorando porque parase, aunque nada podría detener el proceso que acababa de empezar. El anciano llamó a una enfermera, quien ayudó a contener a Chrollo, quien se había comenzado a golpear en la cabeza.De pronto, el anciano abrió mucho los ojos, observando a Gustav con una gran sonrisa. Gustav se la devolvió, esperando los resultados del médico. Durante los 15 minutos en los que Chrollo estuvo agonizando, el médico salió para poder terminar la evaluación, anotando un expediente para el pequeño. Cuando pasaron los 15 minutos y Chrollo se desmayó, entró el médico, despertando a Chrollo con un poco de alcohol en la naríz.Chrollo estaba llorando, y uno de sus ojos estaba tan rojo que parecía estar cubierto de sangre. Un síntoma de derrame cerebral, resultado de la mutación forzosa y acelerada del cerebro para activar el quirk del niño. El anciano los miró con una sonrisa, acomodando los papeles, aclarando su garganta y listo para hablar.—Recopilar —dijo el anciano, confundiendo a padre e hijo.—¿Recopilar? —Preguntaron ambos, ladeando la cabeza.—Así se llama tu peculiaridad. Es el nombre más apropiado que encontré para él —dijo el anciano, sacando un papel y entregándolo al padre, quien comenzó a leerlo—. Su hijo posee un quirk capaz de almacenar la información sobre otros quirks. La manera en que lo hace me resulta confusa, pues parece necesitar de algo para realizarlo, algo que no tiene a la mano.—¿Recopilar información sobre los quirks? —Preguntó Gustav, frunciendo el ceño.—Así es. Chrollo, ¿Podrías intentar activar tu habilidad? —Preguntó el anciano, recibiendo un asentimiento de Chrollo.—Bien, creo tener una idea de como hacerlo —dijo Chrollo, sintiendo una capacidad para realizar tal acción de forma natural.Chrollo pensó en la activación de su quirk, y tras algunos instantes, se vió obligado a extender una mano frente al anciano y Gustav. Para la sorpresa de ambos, en la mano de Chrollo apareció un libro que el niño conocía muy bien. A diferencia del libro que recibió, este estaba impecable, su portada era lisa y su material no era el cuero. Era de tapa dura, con la misma simbología, aunque la palma plasmada en la portada era del tamaño de una mano de hombre adulto.—¡El secreto del bandido! —Dijo Chrollo, sorprendido de ver aparecer el libro que Pitou le había regalado.—¡Ahí está su quirk! —Dijo el anciano, entusiasmado.—¿El secreto del bandido? —Preguntó Gustav, con los ojos entrecerrados.—Es el libro que me regaló mi amiga, aunque este se mira más cuidado y nuevo —dijo Chrollo, observando el libro.El libro constaba de muchas páginas, era suficientemente grueso como para caber en la palma de Chrollo. Se abrió en la primera página, estando completamente en blanco. Todos se confundieron, pues a pesar de esperar un tiempo, no ocurrió nada.—Ahora entiendo, en el libro se almacenan los quirks de los que se obtiene información. Aunque, no sé que se necesite para almacenarlos.—¿No bastaría con verlos? —Preguntó Gustav, esperanzado.—No, de ser así, mi quirk aparecería en esa página —dijo el anciano, suspirando—. Es un quirk muy útil en caso de querer ser un héroe, pues podrías anotar los quirks de muchos villanos e idear contra medidas para lidiar con ellos... Aunque, dado que no sabemos como usarlo, creo que no es muy conveniente.Gustav estaba ardiendo de rabia por dentro. El quirk de su hijo, el heredero de la poderosa familia Lucilfer, ¿Era convocar un libro para anotar quirks? Era básicamente volverlo un escritor. Era inaceptable, era simplemente ridículo y humillante para toda su familia. Gustav terminó la visita al médico, saliendo con una sonrisa amable y despidiéndose del anciano, quien los saludó con la misma sonrisa.Cuando subieron al auto, arrancó como de costumbre, con una cara fría. No miró a su hijo, quien estaba poniéndose bastante nervioso al observar la mirada asesina que su padre sostenía. Gustav sintió su mirada, y para calmarlo un poco le habló de una manera tranquila.—Estoy muy decepcionado de ti, Chrolllo. Tu peculiaridad es una estupidez. Escribir los quirks que ves en ese libro... Un maldito libro —suspiró, mirando al niño—. No te preocupes, no te voy a golpear, ni a tu madre. No les tocaré un pelo a ambos.Chrollo se alivió mucho, aunque las palabras de su padre le dolieron hasta el alma. Saber que su padre veía su quirk como inútil era doloroso, incluso si ya no corría el riesgo de sufrir una tortura igual a la de su madre. Cuando llegaron a la mansión, se bajaron, y Chrollo caminó siguiendo a su padre. Subieron las escaleras, con Chrollo siendo mandado al cuarto junto a su madre para darle la noticia. Cuando Chrollo entró, Gustav hizo una llamada breve.—Llama a Sato de inmediato —luego de eso, Gustav colgó, entrando a la habitación.Cuando Gustav entró, Isabella dejó de hablar, paralizada al ver el rostro frío de su marido. El hombre la tranquilizó, diciéndole lo mismo que le había dicho a Chrollo. Él no le tocaría ni un pelo a ninguno de los dos. Tras esas palabras, Sato entró, mirando a su jefe. Isabella se estremeció, pues pensó que Sato les haría daño, pero su marido volvió a tranquilizarla.—Sato no les hará nada. Lo traje porque va a curar a Chrollo —dijo Gustav, causando confusión en madre e hijo.—¿Curarlo de qué? —Preguntó Isabella, no muy segura de lo que su marido le había contado.—De la paliza que le vas a dar, claro está —dijo Gustav, sentándose en una silla en la esquina de la habitación—. Adelante, golpéalo de la misma forma en que te golpee aquél día.—¡¿GOLPEARLO?! —Gritó Isabella, alarmada.—Si no lo golpeas, yo los torturaré a ambos —respondió con simpleza Gustav, mirándola con ojos fríos, causando un llanto en ambos.—¡POR FAVOR GUSTAV, ESTÁS LOCO, ES SOLO UN NIÑO! —Gritó Isabella, horrorizada por lo que su marido le estaba obligando a hacer.—Es él o ambos, así que elige ahora, o ya no tendrán oportunidad de elegir —dijo Gustav, comenzando a enojarse.Isabella miró a su hijo, quien la miraba con llanto y súplica. Chrollo la agarró de su camisa, comenzando a suplicar porque su madre no lo golpease. No quería ser golpeado por su padre, pero no deseaba que su madre le hiciera lo mismo que su padre le había hecho a ella. Isabella lo miró, con las lágrimas derramándose a cántaros desde sus ojos.—¡POR FAVOR MAMÁ, NO ME PEGUES, POR FAVOR! —Dijo Chrollo, suplicando con todas sus fuerzas.A Isabella se le hizo un nudo en la garganta, pues el niño la miraba con tal miedo, que se reflejaba ella misma en él. Sintió nuevamente aquél terror, pues su marido se había enojado cada vez más, su indecisión le estaba resultando mortalmente estresante. Se paró de la silla, harto de ver a su esposa pensar tanto en algo que a él no le importaba. Cuando Isabella vió esto, por miedo golpeó a su hijo en el rostro, tirándolo al suelo por el impacto.Isabella se tapó la boca, observando al pequeño Chrollo pararse con miedo. La miró con dolor en sus ojos, pues ese golpe fue el primero que recibió en su vida, y provenía de su propia madre. Chrollo trató de correr, pero una patada de su padre lo llevó de vuelta frente a su madre. Isabella estaba horrorizada por lo que había hecho, pero al ver a su esposo acercarse, se vió obligada a golpear a Chrollo.Comenzó a golpearlo con dolor, pues al ver que su hijo estaba siendo torturado por ella misma, su corazón se había roto por completo. Su hijo se volteó, mirándola con la esperanza de que ella parase, esperando que su madre deje de golpearlo. Ignoraba que era él o ambos, solamente quería que no le pegaran más.—¡MÁS FUERTE! —Gritó Gustav, asustando aún más a Isabella, quien lo obedeció.Mientras Chrollo era golpeado, Sato observaba la escena con indiferencia, pues estaba acostumbrado al comportamiento cruel e inhumano de Gustav. Miró al niño, cuya situación era poco importante para él en ese momento. Chrollo por otro lado, lo miró con esperanza, suplicando porque lo ayude, pero eso no sucedería. Chrollo al ver que se quedaba sin opciones, pidió ayuda a la única persona que le había depositado toda su fé y esperanzas.—Por favor, Lady Nagant, sálvame... —Susurró, entre golpes cada vez más fuertes y rápidos de su madre, quien había comenzado a descargar su ira reprimida en aquella tanda de golpes—. Por favor Lady Nagant, por favor, te lo ruego, ven a salvarme... Por favor.Cuando Gustav escuchó tales súplicas, se comenzó a reír muy fuertemente. Le pareció irónico que su hijo le pidiese ayuda a Lady Nagant, pues era conocida en el círculo político como una asesina. Una asesina no podía ser una heroína, y tampoco iba a salvar a un niño, habiendo matado a muchas personas.Chrollo suplicó a su heroína por ser rescatado, pero eso no logró nada. Sus suplicas eran en vano, Lady Nagant ni siquiera sabía que él existía. Isabella había golpeado mucho a su hijo, en diferentes partes del cuerpo. Sato se acercó, curando a Chrollo y a Isabella, cuyos nudillos y puños estaban destrozados. La acción se repitió por una hora aproximadamente, hasta que Gustav sintió que fue suficiente. Chrollo estuvo tirado en la habitación, sobre un charco de su propia sangre. Tenía la vista desenfocada, su rostro, cada hueso y músculo en su cuerpo ardía. Una gran punzada perforaba cada nervio en su sistema, un dolor sofocante que le impedía respirar de manera tranquila. Inhalación y exhalación, todo a un ritmo tan lento que parecían poder detenerse en cualquier momento.Su sangre caía sobre su cuerpo, empapando su ropa. Sintió como se secaba aquella sangre, el olor al hierro presente en el ambiente. Su madre se sostenía el rostro, manchándose con su carmesí. Estaba aterrada, quería irse de la habitación y evitar ver a su hijo. Había casi acabado con la vida de su bebé, el niño que trajo al mundo, todo por el capricho de su esposo.Mientras Chrollo estaba en el suelo, observó su mano llena de sangre. Su mano, que había sido rota innumerables veces por pisotones de su madre, y sus pequeños genitales que fueron múltiples veces golpeados a causa de sus patadas, todos dolían. Sus ojos cayeron sobre su padre, y sus ojos rápidamente se apartaron de su rostro. Un miedo casi primitivo surgió en él. Estaba a merced de este hombre, el hombre que ayudó en su creación, su propio padre.Su mente divagó, cada recuerdo feliz con sus padres quedó manchado por el horror de saber que las personas que alguna vez lo hicieron feliz, ahora le habían hecho tanto daño. Pero su madre no tenía culpa, ¿Cómo podría tenerla? No tenía opción, era él o ella, y prefería ser él a verla a merced de aquél hombre. En el fondo, también hubiera deseado que no fuera él quien saliera castigado, pero no había opción. O tal vez si la había, pero quedó descartada tras su visita al médico.Si tan solo hubiera nacido con una peculiaridad útil, tal vez así hubiera podido defenderse de su padre. Era un adulto, un auténtico monstruo, pero no por eso era invencible... O quizás lo era, y se estaba engañando al creer que podría hacerle algo a aquél hombre. Lo odiaba, con toda su alma lo odiaba; pero más que odiarlo, le temía. Era un villano, vivía con uno. Un villano que podía enmascararse ante la sociedad, con una sonrisa tan gentil y amable que nunca pensarías que podría hacerle esto a su propia familia, a su propio hijo.Un dolor atravesó su cabeza, uno muy intenso. Lo llevó al límite del colapso, incluso superando a los demás dolores que ahora rondaban su cuerpo. Como si un millón de agujas se vieran clavadas en un mismo punto de su cerebro. Perdió la visión, sus oídos dejaron de funcionar, dejó de sentir, no pudo hablar y el olor a sangre se esfumó. Todo se volvió negro y borroso, con su consciencia abandonando su cuerpo. ¿Iba a morir en la habitación de sus padres? ¿A manos de su mamá? ¿Iba a darle ese gusto a su padre? No, por supuesto que no.Se aferró a la consciencia, pero ese abismo era incluso más poderoso que su voluntad de seguir viviendo. Flaqueó, pues sabía que de seguir vivo, tendría que aguantar un infierno al vivir junto a este monstruo. Mientras se desvanecía en el abismo, uno de sus sentidos se reactivó. No fueron ruidos externos, era algo más interno, más profundo que su alma. Algo que estaba dormido en él, algo que no logró ser despertado en aquella visita al médico.Los quirks tardíos se caracterizan por mutar progresivamente al huésped, asegurándose de que el cuerpo pueda albergar y utilizar de forma óptima la mutación. Las peculiaridades de este tipo se pueden definir como "La cúspide del poder". El más alto escalón en la carrera de quirks, el poder absoluto surgía en estos individuos. Seres como All For One deberían haber nacido con esta condición... Y Chrollo estaba justo en esta clasificación. Un monstruo había nacido, pero se había mantenido dormido al ver a Chrollo en una posición tan protegida.Una vez que su padre comenzó aquella tortura, su cuerpo se aseguró de que Chrollo estuviera al límite. Chrollo estuvo al borde de la muerte un total de 157 veces en el lapso de una hora. De forma natural nunca hubiera logrado despertar su quirk por completo. Ni siendo héroe o villano lo hubiera logrado, y él no lo sabía. Lo único que sabía, era que su quirk fue completamente liberado, pues una cantidad pequeña y breve de información inundó su cerebro, llegando en aquél punzón, acompañado de una voz serena y tranquilizadora, semejante a la de su madre, a quien tanto amaba.—Ha conseguido la peculiaridad "Robo". La información correspondiente será añadida en breves momentos. Por favor, no mueras —dijo aquella voz, calmando a Chrollo.Esa punzada en su cerebro se volvió más fuerte, y la información relacionada a su quirk apareció. En el mundo real, había sido llevado a su habitación, completamente sanado. Yacía en el piso de su cuarto, lleno de sangre seca y una no tan seca. Muy probablemente debería limpiar su habitación una vez que despierte.—Robo tiene dos funciones: Permite al usuario robar las peculiaridades de otros, sin oportunidad de que pongan resistencia. El propietario inicial del quirk no sabrá que su habilidad fue robada. La segunda función es la de usar los quirks robados. Todo quirk robado por Chrollo será almacenado en el libro, mismo que no puede ser destruido, robado o arrebatado de Chrollo. Una vez el libro no esté en posesión de Chrollo Lucilfer, el libro desaparecerá. Tampoco puede ser abierto por alguien que no sea Chrollo. El quirk no puede ser imitado o copiado, pero aún puede ser robado por alguien más, aunque esto eliminará los quirks almacenados en el libro.Chrollo se sorprendió por la información que aquella voz le había dado, una enorme sonrisa se dibujó en su adolorido y ensangrentado rostro. Con este quirk podría robar el de su padre, así ya no podría hacerles más daño a su madre y a él. En Chrollo, una sonrisa maquiavélica había tomado forma, transformando su rostro ensangrentado y lastimero, en uno sádico y lleno de odio.—¿Robar? No... —Dijo Chrollo, manifestando su libro en su mano derecha.El libro era exactamente igual al que observó en aquella visita al médico con Gustav. Ya no se atrevía a llamar a ese hombre padre, ese hombre era un monstruo, no merecía ser llamado papá por él. Un monstruo como él, debería pagar por todos los males que les hizo a su madre y a él. Sería un héroe, haría pagar a su madre. Usaría su quirk, haría lo mismo que su heroína hacía.—Este quirk no puede ser llamado robo... —Susurró, observando aquella portada del libro. Leyó el título, y supo que debería renombrar su peculiaridad.—Para robar la habilidad de cualquiera, Chrollo necesita comprender la función de la habilidad del oponente. Una vez comprendida la habilidad, la persona debe entrar en contacto con el libro, colocando su palma sobre la palma plasmada en la portada del libro. Una vez que se hayan llevado a cabo todos estos pasos, Chrollo deberá activar su quirk con el comando "Robar". Chrollo puede almacenar la información de los quirks, permitiendo un robo exitoso en cualquier momento posterior a la comprensión del quirk. La información se almacenará automáticamente en el libro, así como el nombre del quirk robado o comprendido.Chrollo se paralizó al escuchar aquella voz dándole las instrucciones para usar su quirk. Se congeló, pues necesitaba una cantidad enorme de pasos para poder realizar los robos, ¿No podría simplemente tocar a la persona y robar su habilidad si quería? Todo sería tan fácil si pudiera hacerlo así.—Para hacer uso de las habilidades robadas, Chrollo deberá sostener el libro en su mano, abriendo el libro en la página donde dicha habilidad esté almacenada. Chrollo no puede cerrar el libro, de lo contrario la habilidad robada se desactivará. Chrollo puede elegir mentalmente qué quirk usar, y el libro se abrirá en dicha página, evitando que Chrollo busque en el libro. La información plasmada en el libro está disponible en la mente de quirk. El cerebro de Chrollo se ha modificado para poder almacenar una cantidad ilimitada de información, así evitando un colapso por saturación de información almacenada.Chrollo se quería matar, su habilidad era tan compleja pese a lo simple que era en rasgos generales. Robar era tan difícil, ¿Por qué no nació con el mismo quirk que All For One? Se lamentó, pero no pudo evitar sentirse feliz sobre las funciones del quirk. Robar cualquier peculiaridad, aunque complejo, no dejaba de ser un poder con un potencial abrumador, casi ilimitado.Se sentó con cuidado, su cuerpo dolía mucho, pero se había empezado a desvanecer con el pasar del tiempo. Miró su cuerpo ensangrentado, y se entristeció al recordar qué lo llevó a tal estado. Se fue a bañar, una hora entera estuvo en la ducha, quitando la sangre de su cuerpo. Mientras se bañaba, todavía se estremecía ante el recuerdo de su madre golpeándolo hasta casi matarlo. Comenzó a llorar en la ducha, mirándose en el espejo.—Debo ser fuerte... Hasta que pueda hacer que papá pague... Que me tema, tanto como yo le temo.Chrollo decidió que mantendría en secreto la verdadera naturaleza de su habilidad, pues su objetivo no era enorgullecer a su padre. Quería que ese hombre pagara, que ese hombre sintiera el mismo miedo que había llegado a sentir por él. Terminó de ducharse, saliendo a su habitación. Buscó en ella, encontrando el libro que Pitou le había regalado. Lo guardó debajo de su cama, asegurándose de que su padre no lo encontraría. Se decidió a hacer que su padre pague por todo lo que les había hecho. Decidido, miró en una de las fotos que tenía con sus padres.Hizo alusión a una pistola con sus dedos, apuntando a su papá en la foto. Frunció el ceño, soltando un sonido y soplando la pistola imaginaria en sus dedos, como su heroína favorita lo hacía.—Seré un héroe... Lo juro.Los meses pasaron, y para Chrollo todo se hizo peor. Su padre lo miraba con desdén, mientras que su madre tenía la vista siempre al suelo. El cabello de su madre había perdido brillo, y comenzaba a tener las uñas de las manos carcomidas, señal de que se las había estado mordiendo. Se notaba estresada y temerosa cuando su padre estaba en casa. Cuando Gustav salía de viaje, su madre se relajaba bastante, pero hacía caso a cada cosa que el hombre le decía.Feitan se quedaba cuidando la casa, constantemente vigilando los alrededores. Chrollo notó que el hombre bajito era más joven que su padre, alrededor de 20 años aproximadamente. La vez que intentó hablar con él, Feitan respondió de forma cortante, acabando rápidamente la charla. Intentó preguntarle sobre su peculiaridad, pero se negó a responder.Se acercó a su madre, intentando mantener una conversación con ella, pero ambos sintieron terror el uno del otro. Él recordó la vez en que ella lo golpeó hasta casi matarlo, mientras que ella recordaba la sensación de destrozarlo a golpes, acompañada del recuerdo de su tortura por haberlo dejado ir al parque.No hubieron palabras, pero Chrollo siempre le decía a su mamá que la amaba, para después salir de la habitación. La mujer se había encerrado en aquél cuarto, un lugar que creía mantenerla segura a ella de su marido, y a su hijo de ella. En la mente de Isabella, siempre se repetía aquella escena en donde golpeaba a su hijo, y una rabia se apoderaba de ella, rabia contra sí misma.Chrollo decidió observar desde su ventana, mirando al jardín. Veía a Feitan patrullar la mansión, mirándolo de vez en cuanto, con esa mirada irritada que siempre poseía. Feitan era muy disciplinado y serio, buscando en todo el perímetro para evitar cualquier fuga, o que cualquiera entre. Chrollo mientras más lo observaba, más comprendía por qué su padre había decidido contratarlo.Feitan no sedería ante él, pues era tan frío como el hielo. Era tan estricto, que seguía casi mecánicamente el mismo patrón de patrullaje. Chrollo se dió cuenta de esto, notando que Feitan a veces no comía durante todo el día, hasta que llegaba la cena y podía recibir comida por parte de alguna sirvienta. Las sirvientas solo llegaban en la noche, limpiando la casa a excepción del jardín y la habitación de Chrollo, olvidándolo por completo a petición de su padre.Chrollo notó a una sirvienta, la cual se pasaba por su cuarto. Decidió que si no podía conseguir el quirk de Feitan, entonces debería conseguir el de la sirvienta. Se acercó a ella, con una cara apenada. Miró al suelo, pensando mucho en su decisión. Pensó en qué tanto afectaría a esta sirvienta perder su habilidad. ¿Qué tal si su quirk era su mundo entero? Pero era una sirvienta, eso quería decir que no ocupaba su peculiaridad. No debía ser muy fuerte, pues de serlo, sería una heroína como Lady Nagant. Pero aún así, estaría robándole algo muy preciado a alguien, algo con lo que había nacido.—¿Sucede algo, joven Chrollo? Preguntó la sirvienta, notando a Chrollo frente a ella.—H-hola, buenas noches —dijo Chrollo, arrepintiéndose de lo que había hecho.—¿Puedo ayudarte con algo? —Dijo la sirvienta, ladeando la cabeza.—B-bueno, verás... —Los nervios comenzaron a consumir a Chrollo, quien comenzó a temblar y sudar mucho, amenazando con llorar.—¿Se siente bien? Está temblando —dijo la sirvienta, preocupada por el joven.—No puedo hacerlo. No puedo robarle su quirk, esta sirvienta es muy amable. No puedo hacerle algo tan malo a alguien tan buena como ella. Eso me volverá igual a mi papá, yo no soy un villano, yo no soy como mi papá —Pensó Chrollo, al borde del llanto.—¿Tal vez quisiera un bocadillo? —Preguntó la mujer, calmando un poco a Chrollo.—S-si, un bocadillo estaría bien... —Susurró Chrollo, con su voz muy alarmada.—Está bien joven Chrollo, ¿Le gustarían galletas y leche? —Preguntó la sirvienta, con una sonrisa amable.—E-estaría b-bien... —Respondió Chrollo en un susurro, cerrando los ojos.La sirvienta se fue, y Chrollo se sentó en aquél lugar, respirando agitadamente. Abrió los ojos y miró sus manos, las cuales temblaban de forma descontrolada. Estaba entrando en pánico, casi había hecho algo malo, algo que solo un villano como All For One haría. Su heroína estaría decepcionada de él, seguramente diría que es un pequeño villano. Incluso si necesitaba poder para vengarse de su padre, no podría hacerle eso a alguien tan malo.La sirvienta regresó con una bandeja, entrando al cuarto de Chrollo y colocando estas en la mesita del pequeño niño. Le sonrió, y al ver a Chrollo tan angustiado, se entristeció. Había recibido ordenes de su jefe de no ayudar al pequeño, pero era imposible no ayudar a un pobre niño.—Joven Chrollo, ¿quiere ver algo increíble? —Preguntó la sirvienta, con una pequeña sonrisa amable.—¿Q-qué sería eso? —Preguntó Chrollo, algo intrigado, mordiendo una galleta.La sirvienta extendió su mano, la cual emitió un brillo rosado similar al neón. Chrollo abrió los ojos, observando un pequeño caballo formado de luz neón salir de la palma de la sirvienta, comenzando a galopar alrededor de Chrollo. Chrollo estaba asombrado, miraba sorprendido aquella habilidad tan entretenida.—Mi peculiaridad me permite crear figuras de neón, y puedo controlarlas para que hagan lo que sea. No puedes tocarlas, ya que son luz, pero puedes divertirte un rato con ellas —dijo la mujer, sonriendo al ver a Chrollo sonreír y divertirse con aquél caballo de neón—. Joven Chrollo, ¿Usted posee un quirk?Chrollo se paralizó de repente, pues recordó que había completado parte de los pasos necesarios para robar el quirk de la mujer frente a él. La miró vacilante, pues ella se notaba tan interesada que era imposible esconderlo por más tiempo.—Chrollo puede elegir no robar una habilidad en el momento, pero la información se mantendrá en el libro para su posterior robo —dijo la voz en su cabeza, calmándolo.—B-bueno, mi quirk se llama "Recopilar". Me permite obtener información sobre otros quirks, guardándolas en un libro —contestó Chrollo, asombrando a la sirvienta.—¡Increíble quirk joven Chrollo! —Dijo entusiasmada, esperando a verlo en acción.Chrollo extendió su mano izquierda, en la cual se materializó aquél libro. El libro se abrió ante la orden mental de Chrollo, con la información del quirk de la mujer ya grabada en el libro. "Figuras de Neón" permite al usuario crear figuras de neón, controlarlas y son intangibles para cualquiera a excepción del usuario —estaba escrito en el libro, y en la parte central de la página había una imagen representativa del quirk, siendo una mano brillante con aquél caballo rosa encima de la mano.—¡Que impresionante! —Dijo la mujer, muy sorprendida por el quirk de Chrollo—. ¡También posee el nombre de mi quirk, y lo describe perfectamente! Tienes un quirk muy genial ahí—B-bueno, muchas gracias por el halago —dijo Chrollo, su estado de ánimo aumentando.—Bien, creo que debo irme antes de que Feitan me note. Nos vemos, joven Chrollo —Dijo la mujer, parándose y a punto de marcharse.—S-señorita —la detuvo Chrollo, provocando que ella lo mire con una sonrisa amable.—¿Sí?—¿Nunca quiso ser una heroína? —Preguntó Chrollo, causando que la mujer negara de inmediato.—Mi peculiaridad no está hecha para esa clase de cosas. Desde que descubrí como funcionaba, supe que nunca sería una heroína. Lo intenté, pero mis figuras no se pueden tocar, lo que las hace inútiles.—¿No le gusta su peculiaridad? —Preguntó Chrollo, sorprendido.—Me gusta, es parte de mí... Pero no la uso casi nunca, me he oxidado bastante, incluso a veces olvido que tengo un quirk —se rió divertida la sirvienta.—¿No teme que pueda desaparecer su quirk si nunca lo usa? —Preguntó Chrollo, una idea formándose en su cabeza.—Me resultaría extraño, sería como perder una parte de mí —respondió ella, causando que Chrollo detenga su pensamiento—. Pero si un día despertara sin mi quirk, no me sentiría tan mal como la demás gente. Nunca lo uso, entonces, sería igual a nunca haber tenido una.La mujer sonrió, saliendo de la habitación. Chrollo observó el lugar en donde estuvo aquella mujer, un conflicto interno suscitándose en su cabeza. Decía que no habría problema si perdía su quirk, entonces, ¿Habría problema si se lo robaba? Pero, ella había mencionado que sería como perder una parte de sí misma. ¿Debería robar su quirk o no? Era una habilidad entretenida pero no resultaba útil para lo que planeaba.—Voz, ¿estás ahí? —Preguntó Chrollo, recibiendo una respuesta.—No soy un ser vivo, ni tampoco poseo consciencia. Solo existo para proporcionarte información sobre tu quirk, dado lo complejo de tu habilidad. Una vez que sepas como funciona tu peculiaridad y seas capaz de usarla sin necesidad de mi ayuda, desapareceré —contestó la voz, en ese tono amable.—Entiendo... Tengo una duda —dijo Chrollo.—No puedes robar quirks de los muertos, por lo que si muere, no podrías obtener su peculiaridad. También deberías almacenar información sobre los quirks previos a tu despertar. Por ejemplo, el quirk de ese doctor debería aparecer en tu libro una vez que lo recuerdes —respondió la voz, haciendo que Chrollo recuerde aquél quirk del médico que despertó su peculiaridad.Chrollo convocó su libro, el cual abrió en la página del nuevo quirk. Observó la imagen de la página, en donde se ilustraba una mano tocando a alguien. Tuvo que admitir que el libro era bastante ilustrativo, y las imágenes eran bastante buenas para ser un quirk. Comenzó a leer la página en voz baja, concentrado.—"Descubrir" posee la capacidad de conocer el quirk de cualquier individuo con tan solo un toque de la mano del usuario. El usuario descubrirá con exactitud y detalle la función del quirk de quien toque. Si se usa en una persona con un quirk sin despertar, provocará un despertar forzoso en la persona, mismo que es bastante peligroso. Si se usa en un quirkless, entregará una descripción de las habilidades más destacadas del individuo.Chrollo casi se caía de su cama, pues el quirk del médico era básicamente un complemento al suyo. Se emocionó por su quirk, pues pese a sus pensamientos iniciales, parecía que podría sacarle más provecho del pensado. Chrollo pensó en la posibilidad de obtener el quirk del anciano, pero rápidamente la descartó. El hombre lucía tan amable y bondadoso, era igual a esa sirvienta.Chrollo pensó más, y descubrió que no podía robarle su quirk al anciano. El anciano era un profesional, y a diferencia de la sirvienta de hacía un rato, ese anciano si necesitaba su quirk, dado que él requería del mismo para subsistir. Chrollo pensó en lo útil que era ese quirk en sus manos, pero no podía. No sería un héroe si le quitara su quirk a una persona buena, debería hacerlo con gente mala, como su papá.Chrollo se paró de inmediato, ese pensamiento iluminó sus ojos. Si consiguiera descubrir el quirk de su padre, entonces podría robárselo. Chrollo pensó en lo que vió aquél día, cuando su padre golpeó a su madre. Se estremeció, comenzando a temblar al recordarlo; sin embargo, pese al terror que le causaba aquél recuerdo, recordó que su padre golpeaba a su madre a una velocidad que era imposible de seguir.—¿Será ese su quirk? Pegaba rápido, pero, ¿Y si pudiera moverse rápido? —Susurró, pues la información era demasiado vaga como para poder adquirirla en su libro.Más días pasaron, y Chrollo decidió a observar a Feitan, pues si adquiriera el quirk del guardaespaldas de su padre, entonces podría hacerle frente. Pasó un mes, y su padre volvió a la casa, tan sereno y calmado como siempre. Chrollo seguía temiéndole, pero ese miedo se comenzó a tornar en odio al ver lo indiferente que era ante ellos dos. Su madre volvió a su actitud miedosa, cosa que molestó a Chrollo.—¿Estás enojado? —Preguntó su padre, paralizándolo.—N-no —contestó de inmediato Chrollo, causando una mirada sospechosa de su padre.—Descubrí que una sirvienta te ha estado dando bocadillos en tu habitación —soltó Gustav, causando que Chrollo comience a temblar, sabiendo que lo castigarían.—¿C-cómo?...—Feitan observó su peculiaridad a través de una ventana. Una luz rosada, solo proveniente de ella —dijo Gustav, comiendo como si nada—. No te castigaré, ni a ella. Pero pide permiso a la próxima.Chrollo se calmó, confundido de que su padre no le hubiera regañado o castigado por aquella acción. Lo miró, consternado. El hombre lo miró, alzando una ceja en confusión. Terminó de mascar su comida y volvió a hablarle.—¿Qué hay con esa cara?—¿No me vas a castigar? —Preguntó Chrollo, confundido.—No me desobedeciste, y ella no te ayudó a limpiar. Mientras me obedezcas, todo estará bien —dijo Gustav, tomando algo de jugo—. ¿Cómo funciona tu quirk, por cierto?—Puedo almacenar información de otros quirks —dijo Chrollo, recibiendo un asentimiento de Gustav.—¿Escribiendo en el libro o escuchándola? —Preguntó Gustav, con una mirada sospechosa.—Chrollo, lo mejor es que no des información sobre tu quirk, podrían llegar a usarlo en tu contra. Lo mejor es mantener la fachada de que debes escribirla—dijo la voz en su cabeza, a lo que Chrollo le hizo caso.—Debo escribirla y verla. Lo único que aparecerá es una imagen de como funciona el quirk —dijo Chrollo, a lo que su padre lo miró con decepción.—¿Has anotado algún quirk?—El de la sirvienta nada más —dijo Chrollo, por lo que su padre estiró la mano.—Enséñame —dijo Gustav, cosa que puso a Chrollo nervioso.—No puedo darte el libro, desaparecerá cuando tú lo tengas —dijo Chrollo.—Que quirk de mierda —dijo Gustav, chasqueando la lengua—. Entonces muéstrame.Chrollo convocó su libro, abriéndolo en la página de la sirvienta. Cuando su padre se paró a leerlo, miró la letra que parecía bastante legible. Gustav no le dió importancia, probablemente era cosa del quirk. Leyó la descripción de "Figuras de neón", riéndose por lo bajo al descubrir que era una peculiaridad inútil.—Bien, sirve para reírse un rato —dijo Gustav, cosa que enfadó a Chrollo, pues su quirk era tomado a broma.—¿Y qué quirk posees tú, padre? —Preguntó Chrollo, molesto.—¿Y decírtelo para que lo anotes en ese libro tuyo? Ni en broma —se burló Gustav, marchándose—. Te has portado bien, así que te dejaré ir al parque una vez a la semana. Mañana podrás ir, así que emociónate tanto como quieras.Chrollo sonrió, pues por fin podría salir de su casa. Pasó el día bastante feliz, subiendo las escaleras y encerrándose en su habitación. Se había despedido de su madre, quien sonrió un poco al ver a su hijo tan feliz. Al día siguiente, fue llevado al parque por Feitan, quien lo vigilaba de cerca.Chrollo fue llevado a un parque diferente al de la última vez, más alejado de su casa y con niños jugando en él. Feitan lo vigilaba, vestido de manera casual y usando un coche común para visitar el parque. Dado que los dos eran pálidos y pelinegros, Feitan parecía su hermano mayor. Chrollo vió esto con desagrado, pues Feitan era leal a su padre, persona que él odiaba.—¡¿Cómo te llamas?! —Preguntó una niña más grande que él, sonriente.—Me llamo Chrollo, ¿y tú? —Preguntó Chrollo, entusiasmado.—Me llamo Hanami, ¿cuántos años tienes? —Preguntó ella, sonriendo siempre.—Tengo 4 años, ¿Y tú?—¡También tengo 4! ¿Cuál es tu quirk? —Preguntó Hanami, a lo que Chrollo compartió su peculiaridad—. ¡Wow, yo ni siquiera sé escribir bien todavía!—Jaja, mi quirk solo vuelve mi letra más linda, yo escribo muy feo todavía —dijo Chrollo, apenado.—Ya que me dijiste sobre tu quirk, te diré el mío —dijo Hanami, captando la atención de Chrollo—. Mi quirk me deja ver muy lejos, muy muy lejos.La niña señaló sus ojos, los cuales no emitieron cambió alguno. Chrollo parpadeó, notando que eran iguales a antes. La niña lo notó, por lo que se rió sabiendo lo que Chrollo estaba pensando.—Jaja, mis ojos no cambian como en las caricaturas. Solo puedo ver muy lejos, muy muy lejos —dijo Hanami, comenzando a señalar cosas que estaban a muchos metros de distancia.Chrollo supo que su libro había guardado la habilidad de Hanami, pues la información sobre el quirk estaba disponible en él.—¿Puedes mostrarme tu quirk? ¡Por favor! —Dijo Hanami, suplicando con ojos de cachorrito.—Jaja, está bien, te mostraré mi libro —dijo Chrollo, materializando su libro.Hanami dejó de usar su quirk, sonriendo al ver el libro de Chrollo. Intentó tomarlo entre sus manos, pero el libro desapareció apenas salió de manos de Chrollo. Feitan observó esto con una gota de sudor, pues la niña claramente había escuchado sobre la peculiaridad de Chrollo, y aún así olvidó ese detalle.—Bien, parece que desaparece si no lo tienes tú —dijo Hanami, decepcionada.Chrollo materializó su libro de nuevo, esta vez mostró la portada, la cual Hanami miró con asombro. La niña intentó leerlo, pero no podía hacerlo. Chrollo notó esto, pareciéndole raro que alguien de su misma edad no pudiera leer como él lo hacía. No le tomó importancia, pues le mostraba el libro a Hanami.—¡Oye, hay una mano en él! —Hanami dijo, sonriendo al ver la palma en la portada del libro—. ¡Mira, es más grande que la mía!Cuando Hanami puso su mano sobre la del libro, el corazón de Chrollo se saltó un latido. Todo se hizo más lento, observando la mano de la niña cuya gran sonrisa de diversión debería contagiarse a Chrollo. Pero él lo sabía, Hanami había puesto su mano sobre aquella palma, estaba a una palabra de robarle su quirk a esta niña que había conocido en el parque.—¡Robar!