< 6 de Noviembre del año 2022 al 15 de Noviembre del 2022 >
Fue entonces durante esa misma tarde de la finalmente gran y maravillosa inauguración del aclamado título "Sword Art Online" que varios anuncios fueron viralizados en el basto mundo de internet; Eran notas periodísticas, publicaciones en grupos de redes sociales y cadenas de mensajes distribuidos en todo Japón. Todos decían lo mismo; Un mensaje de Kayaba Akihiko para los familiares y amigos de las diez mil personas que ahora mismo estaban inmersos en el Nerve Gear jugando a su juego. Se volvió noticia nacional e internacional en cuestión de horas.
Fuertes sonidos de golpes y chillidos leves eran producidos por un combate de espadas de bambú. Un fantástico duelo de se estaba llevando a cabo en ese momento en las prácticas para el torneo nacional infantil de Kendo y ahí, estaba Suguha Kirigaya. Los movimientos de la pequeña eran sublimes, un arte con sus ataques. Ha estado entrenando desde muy pequeña y los movimientos con su arma parecen ser danzantes y precisos. Sus gritos de guerra sacudían el Dojo en el que se encontraba luchando, hasta que finalmente ganó la ronda con un golpe directo en la cabeza del adversario. Fue un gran y potente golpe que resonó en el aula del dojo, fue entonces cuando el árbitro detuvo la pelea y sujetó al muchacho tambaleante por la contusión en la cabeza. Se escucharon de fondo unos cuantos aplausos desde el costado del tatami donde peleaban, eran otros estudiantes esperando su turno. Los combates eran simples y sencillos, ambos contrincantes usaban protección especial para protegerse de los golpes y las espadas eran principalmente de una madera refinada hecha para ser maltratada con el paso de los años. El árbitro del combate pitó con su silbato anunciando el final del encuentro y se escucharon unos cuantos aplausos desde el costado del tatami donde peleaban, eran otros estudiantes esperando su turno.
—Hoy sí que te luciste Suguha… —se quejó aquel niño mientas se sobaba la cabeza.—Fue un golpe muy fuerte.
—¡Ah!, ¿Estás bien? —la pequeña se acercó con rapidez, claramente preocupada.
—Es solo un golpe, solo es un pequeño mareo.
El árbitro lo guio hasta el resto de sus compañeros avanzando con pasos calmados mientras el niño se estabilizaba. Sin duda, nada grave de qué preocuparse y fue entonces cuando un pequeño y casi imperceptible sonido llamó la atención de los oídos de Suguha, quien rápidamente se dirigió hacia su mochila; era su celular vibrando, su madre era quien llamaba.
—¿Mamá? Sabes que est—
—¡Lo sé! —La voz desesperada de Midori Kirigaya calló inmediatamente las palabras de su hija menor— pero… pero tu hermano está… Esta vez sí que se metió en graves problemas, pero muy graves problemas.
"Absténganse de retirarle el Nerve Gear a los nuevos habitantes de mi mundo o morirán." Eran las palabras citadas en un periódico virtual provenían del creador de SAO y era lo que Suguha estaba leyendo de camino al hospital. Podían verse a través de las ventanas del vehiculo algunas ambulancias que iban en la avenida en dirección contrario y viceversa. Las preguntas invadían a la menor. Ella misma podía ser testigo de sus latidos del corazón y su respiración agitada; era un ataque de ansiedad.
—Tranquilízate Sugu.
Fueron las palabras de su madre. Ella se encontraba conduciendo, yendo justo detrás de una ambulancia y en ella, se encontraba Kazuto Kirigaya, el jugador cuyo nombre de usuario era "Kirito".
—Él estará bien. —dijo Midori—Él ha pasado mucho tiempo en ese tipo de juegos, no morirá. Estoy segura.
Las palabras de su madre sonaban tan convincentes, reflejadas en una confianza inquebrantable, pero, Suguha dudaba de ellas. Los ojos de Midori Kirigaya resplandecían con el brillo inevitable que sus lágrimas adornaban. Con esos ojos, ¿Podría realmente estar confiando en que su hermano saldrá vivo de ese juego mortal?
Las puertas de la sala de emergencias se abrieron abruptamente y los ojos oscuros de ambas féminas observaron como llegaban múltiples ambulancias transportando a muchos jóvenes que portaban ese mismo maldito casco y que en compañía de los familiares, los hospitales no tardaban en saturarse así que decidieron dividir a los jugadores entre las residencias de sus domicilios cercanas. El personal realizó arduamente la labor de estabilizar las conexiones de WiFi. Tenían que actuar lo más rápido posible para evitar las muertes de algunos de esos jugadores, desconocían en qué momento ellos se encontraban, pero si el traslado no se hacía, sería imposible que sus cuerpos aguantaran sin un suministro de hidratación y alimento adecuado. Lamentablemente algunos cientos de personas terminaron perdiendo la vida durante los traslados, fueron muchos jugadores que en ese momento se encontraban en mazmorras u enfrentando monstruos. Sus defunciones estarán en la mente de los médicos y los gritos y reclamos de los familiares no se hicieron esperar. Hubo golpes entre los familiares quienes reclamaban al personal médico del responsable. Tanto Midori como Suguha tuvieron los nervios al límite de que su hijo y hermano respectivamente no tu viera el mismo destino.
En otro aspecto, el gobierno ya estaba tomando cartas en el asunto. Se movilizó a la policía y a las agencias de inteligencia japonesas en búsqueda de aquel hombre cuyo rastro era un misterio absoluto desde hace tiempo. El objetivo de esas autoridades era buscar la forma de desmantelar los servidores y apagar el juego para lograr sacar a los jugadores antes de que fuera demasiado tarde y murieran todos, así como también encarcelar a Akihiko Kayaba bajo los términos de "terrorista" y "secuestro masivo"
Argus, la empresa desarrolladora de SAO fue desmantelada al poco tiempo pero por muy extraño que fuera el videojuego continuaba en pie. Los ingenieros en sistemas y los expertos en software y algunos de los más capacitados empleados de la compañía buscaron múltiples maneras para sacar con vida a los jugadores, pero todos sus esfuerzos fueron en vano. En estos momentos se estaba llevando una junta para reportar los últimos avances en la investigación, quien dirigía todos estos ataques era el principal mentor de Kayaba Akihiko, el doctor Shigemura
—¡¿Cómo puede ser eso posible?! —Exclamó el hombre de buen vestir mientras azotaba con ambas manos la mesa que tenía delante.
—Lo sentimos mucho señor, pero… No hay nada que podamos hacer para que Sword Art Online deje de funcionar. Su sistema es único en su tipo y se defiende. —habló uno de los técnicos presentes en la sala, rubio y con lentes.
—¿De qué hablas?
—Encontramos lo que parece ser la razón por la que ese castillo sigue en el aire Doctor, mire.
El técnico giró su laptop sobre la mesa permitiéndole a Shigemura observar el contenido de su pantalla, en ella estaba el castillo de aincrad compuesto por líneas de código doradas que iban cambiando constantemente, evolucionando para su protección. El mayor llevó una de sus manos sobre su boca ante la impresión de esa genialidad de su mejor estudiante. Los ojos que se ocultaban tras los cristales de aquellos lentes que portaba desbordaron de lágrimas, pero su mirada no indicaba tristeza y el técnico lo sabía, tanto que no quería verle ni siquiera el rostro y ser víctima de sus gritos de odio y coraje.
Sword Art Online fue construido bajo un sistema novedoso en el campo de la inteligencia artificial. Akihiko lo diseño precisamente para que no existan los moderadores dentro del juego ni nadie que pueda interferir en el desarrollo de su plan y por eso mismo en secreto estuvo desarrollando su mayor asistente que lo ayudaría a completar esa tarea imposible. Independizar SAO. El Sistema Cardinal es otra de las grandes invenciones de este genio malévolo. Opera por sí mismo y sigue una compleja estructura de órdenes que convergen en una sola frase: "Mantener el Castillo flotante" Lo que puede interpretarse como "Haz lo que sea necesario para estabilizar el juego". Como todo sistema, muy seguramente presentaría errores al ser desarrollado por un humano, pero hasta el momento no se ha encontrado ninguno. Este sistema es único, no es sólo un sistema. Hay una Inteligencia Artificial detrás y es lo que los ingenieros tratan de combatir, sin embargo, ante cada ataque cibernético, el sistema cardinal aprende mejores defensas y no solo eso…. Ha comenzado a atacar, desestabilizando los equipos de cómputo y algunos softwares que atentaban contra su existencia. Mientras los jugadores en el castillo combatían en guerra contra los monstruos hostiles, en la vida real las autoridades combatían con un sistema a través del ciberespacio.
—Akihiko, Cabrón. Lo pensaste muy bien, ¿verdad?
Con esa línea de dialogo el Doctor Shigemura comenzó a caminar para salir de la sala.
—Espere, ¿A dónde va?
—No podemos hacer nada Higa. Así que iré a ver a mi hija,
La voz quebrada de ese hombre era tal que la fuerza de voluntad para poder pronunciar esas palabras sin desplomarse en llanto fue inhumana. Abrió y cerró la puerta tras de sí dejando sólo al técnico quien al ver así a su maestro no quería dejarlo abandonado de esa manera así que tomó la laptop entre sus manos y continuó intentando e intentando.
—Kayaba… Le costaste incluso la hija a tu mentor hijo de puta. —pronunció, con odio, con rencor, con amargura.
Por otro lado, los avances de la policía rápidamente dieron con el apartamento de una mujer que también pertenecía al departamento de ingeniería eléctrica y electrónica del Doctor Shigemura, pero por desgracia no encontraron a nadie allí. Rinko Koujiro fue la asistente de Kayaba Akihiko en la elaboración de SAO por lo que se le consideraba cómplice y que no se encuentre por ningún lado, da aún más sospechas de ello. Los días eran agónicos para Japón con este lanzamiento que era todo prometedor para la industria de los videojuegos, una nueva generación de consolas de inmersión completa donde serías no solo capaz de crear tu propio personaje para vivir las aventuras de esos mundos virtuales, sino también contar con la libertad de ser en carne propia ese personaje, tal como lo están viviendo esos jóvenes que sobreviven día con día en el castillo de Aincrad. Ha pasado casi un mes desde que inició y Kayaba ya tiene asegurada una ejecución por las más de 1,500 muertes registradas de los jugadores a los que atrapó.