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Las Llamas de la leyenda

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Synopsis

Chapter 1 - La llama Infinita

Capitulo 1 : Fuego Interior 

En un tiempo inmemorial, cuando la humanidad había alcanzado el pináculo de su avance tecnológico, las estrellas fueron testigos de su audacia. El hombre, en su insaciable sed de conocimiento y poder, extendió su dominio más allá de los confines terrestres, conquistando galaxias lejanas y forjando imperios en los rincones más recónditos del cosmos.

Pero la ambición y la codicia desataron una guerra cataclísmica. Hermanos se volvieron contra hermanos, y las mismas fuerzas que habían llevado a la humanidad a las estrellas amenazaban ahora con extinguirla. En el clímax de este conflicto, una tormenta cósmica de proporciones apocalípticas barrió las galaxias, destruyendo toda forma de vida.

Unos pocos, valientes y desesperados, huyeron de la tormenta, buscando refugio en los vastos y desolados rincones del universo. Entre ellos, unos pocos escogidos regresaron al planeta que una vez llamaron hogar: la Tierra. En su superficie, encontraron lugares sagrados donde la tormenta cósmica no podía alcanzarlos.

Con el paso de los siglos, estos supervivientes se multiplicaron y evolucionaron, bendecidos y maldecidos con nuevos poderes. La tormenta cósmica había alterado su esencia, otorgándoles la capacidad de dominar los elementos: fuego, aire, agua, tierra, electricidad, plantas, luz, oscuridad, impacto, hielo, energía solar, y el mismísimo flujo del tiempo. Algunos poseían habilidades raras y misteriosas, otros eran inmensamente poderosos, y todos ellos poseían una fuerza y resistencia sobrehumanas.

Y así, en esta nueva era, donde la historia y la leyenda se entrelazan, surge un nuevo capítulo. Una era donde los Elementales deben enfrentar su destino y luchar por el equilibrio del universo, pues su poder y legado están entrelazados con el destino de toda la humanidad.

Año 996 del Nuevo Calendario

En el firmamento de una noche oscura y tormentosa, un guerrero poderoso se alzaba como un titán de la tempestad. Raijin, conocido como la Gran 5ta Leyenda de la Nación del Rayo, se preparaba para una batalla que resonaría en los anales del tiempo. Su figura imponente se destacaba en el horizonte, envuelta en destellos de rayos amarillos que bailaban alrededor de su cuerpo, mientras sus ojos fulguraban con una energía indomable.

Concentrando todo su poder, Raijin elevó sus brazos hacia el cielo, convocando una inmensa esfera de energía eléctrica que crepitaba y rugía como una bestia celestial. Mientras observaba atentamente, una fuerza oscura, diferente a cualquier poder de oscuridad conocido, se dirigía hacia él con una velocidad aterradora. Esta energía oscura parecía consumir la misma luz del entorno, dejando una estela de vacío a su paso.

Con una determinación férrea, Raijin lanzó su esfera de energía con una velocidad fulgurante, creando un choque titánico entre las dos fuerzas. La colisión desató una explosión de poder inimaginable, su estruendo resonando a través de las dimensiones. La energía desbordante fue absorbida por una dimensión rota, desapareciendo en el éter, dejando tras de sí solo un pequeño cráter en el suelo.

En medio de la devastación, el único vestigio de la feroz batalla era un casco de armadura. El casco, con ornamentaciones florales en las partes de las orejas, era de un color gris oxford y azul marino. Este artefacto, testigo silente del poder desatado, se convertiría en una reliquia, símbolo del legendario enfrentamiento entre la luz y la oscuridad.

 

 

Año 1008 del Nuevo Calendario

En la Nación del Rayo, una de las naciones más poderosas del mundo, se encontraba un pequeño pueblo cerca de la capital. En este lugar, un niño de 10 años, casi por cumplir los 11, salía corriendo de su casa cada mañana hacia una colina cercana. Su nombre era Delter, y en esa colina entrenaba sus ataques de fuego con una determinación inquebrantable.

Cada tarde, cuando el sol comenzaba a ocultarse y las sombras alargadas cubrían el suelo, Rui, la hermana mayor de Delter, de 15 años, lo llamaba desde la base de la colina.

—Delter, ya es hora de cenar. ¡Mamá estaría molesta si te viera entrenar hasta tan tarde! —gritaba Rui con un tono a la vez cariñoso y severo.

Delter bajaba la mirada, sintiendo la carga de las expectativas y los susurros del pueblo. Desplegaba sus manos, de las que aún salían ligeras llamas residuales, y suspiraba.

—Lo sé, Rui... Es solo que... quiero ser más fuerte, para nosotros y para los demás chicos —respondía con voz firme mientras bajaba la colina.

Juntos, regresaban al pueblo, donde los aldeanos los observaban con desdén. Los murmullos y miradas de desprecio eran constantes. Delter apretaba los puños, sintiendo la carga del estigma sobre su origen.

—Mira, ahí va el chico del fuego. ¿Te imaginas? Dicen que es hijo de una violación —susurraban algunos aldeanos mientras pasaban.

Rui colocaba una mano reconfortante sobre el hombro de su hermano menor.

—No les hagas caso, Delter. Nosotros sabemos la verdad, y eso es lo que importa.

Al llegar a casa, una modesta construcción que solía pertenecer a su madre, eran recibidos por los otros niños huérfanos que vivían con ellos. La risa y el bullicio llenaban el aire, una pequeña burbuja de alegría en medio de tanta adversidad.

—¡Delter! ¡Rui! ¡Llegaron justo a tiempo para cenar! —dijo Yuna, una niña de 8 años, con una sonrisa radiante.

Mientras cenaban, Delter miraba a cada uno de sus hermanos adoptivos, su resolución se fortalecía.

—Voy a entrar a la Academia de Poderes Tempestus —dijo de repente, rompiendo el silencio.

Todos los niños lo miraron con asombro. La Academia de Poderes Tempestus era un lugar legendario, donde solo los mejores guerreros de la Nación del Rayo entrenaban, incluidos los grandes héroes como la 5ta Gran Leyenda, el famoso Gran Rayo.

—¿De verdad, Delter? —preguntó Nailson, un niño rubio de 12 años, con los ojos llenos de esperanza.

—Sí. No solo por mí, sino por todos nosotros. Para que podamos tener una mejor vida y no ser discriminados nunca más.

Rui sonrió, orgullosa de la determinación de su hermano.

—Entonces, vamos a apoyarte en todo lo que necesites, Delter. Juntos, lo lograremos.

Esa noche, Delter no pudo dormir. La emoción y la ansiedad se mezclaban en su mente. Al día siguiente, en la primera luz del alba, se despidió de sus hermanos en la estación de tren.

—Nailson, necesito que seas fuerte mientras no estoy. Sé que siempre has sido tímido, pero ahora tienes que ser el hombre de la casa —dijo Delter, colocando una mano en el hombro de su amigo.

—Lo seré, Delter. Te prometo que cuidaré de todos —respondió Nailson, con lágrimas en los ojos.

El tren partió hacia la región donde se encontraba la Nación del Rayo, un viaje de aproximadamente un día. Al llegar, Delter se bajó en una montaña cercana, donde una gran edificación moderna combinada con un castillo se erguía majestuosa. Debajo de la montaña, una pequeña ciudad bullía de vida.

 

 

 

 

La Academia de Poderes Tempestus era una maravilla arquitectónica, fusionando lo antiguo con lo futurista. Las torres de piedra se elevaban hacia el cielo, adornadas con intrincados grabados y luces neón que resplandecían en la noche. Puentes colgantes de metal y cristal conectaban las diferentes secciones del edificio, y un amplio patio central servía como campo de entrenamiento.

Delter sonrió, sintiendo una mezcla de nervios y determinación. Miró hacia la escuela con ojos llenos de esperanza, pero pronto tuvo su primer encuentro desafiante. Un grupo de jóvenes se había reunido cerca del portal principal, observando con curiosidad y expectativa. Entre ellos, un chico de clase alta, con vestimenta elegante, lo observaba con desdén.

—¿Qué miras, chico del fuego? —se burló el joven, con una sonrisa arrogante.

Delter notó cómo todos los ojos se posaban en él, esperando su reacción.

—¿Tienes algún problema? —le reclamó Delter, sintiendo la ira arder en su interior.

—¿Problema? Claro que no. Solo estoy sorprendido de que alguien como tú piense que puede entrar a la Academia. Chicos como yo son prodigios. Tú no eres más que una chispa sin importancia.

—¿Quién eres para decir eso? —le desafió Delter, apretando los puños.

—Soy Dominic, miembro de la familia del Relámpago Blanco, los fundadores de la Nación del Rayo. Y seré el mejor guerrero del mundo. Así que, ni te esfuerces por entrar a la escuela —dijo Dominic, mientras lanzaba un rayo blanco que derribó a Delter al suelo.

—Eres patético —dijo Dominic, y se marchó sin mirar atrás.

Los jóvenes que habían presenciado el enfrentamiento murmuraban entre sí, impresionados por la demostración de poder de Dominic y la valentía de Delter.

—¿Viste eso? —dijo uno de ellos—. Ese chico, Dominic, es increíblemente fuerte. Pero el chico del fuego, Delter, tiene agallas para enfrentarlo.

Delter se levantó con dificultad, pero sus ojos brillaban con una determinación renovada. No iba a dejar que nadie le dijera lo que podía o no podía hacer.

 Delter se levantó con dificultad, pero antes de que pudiera hacer algo, otro chico de clase baja se le acercó y se presentó.

—Hola, soy Seth —dijo, extendiendo su mano—. Vi lo que ocurrió y solo quería decirte que admiro tu valentía.

Delter estrechó la mano de Seth, agradecido por el apoyo inesperado.

—Gracias, soy Delter. Es un placer conocerte.

Ambos comenzaron a caminar juntos por el camino que llevaba a la ciudad y a la escuela, mientras platicaban de lo sucedido, de las clases sociales y sobre sus poderes.

—Mi poder es un poco... inusual —comentó Seth—. Puedo controlar la física: neutrones, energía atómica, y esas cosas.

Delter quedó impresionado. Nunca había conocido a alguien con un poder tan único.

—Eso es increíble, Seth. Seguro serás un gran aliado en la academia.

Al llegar a la ciudad, se encontraron con un ambiente festivo. Había una especie de kermés, donde la gente vendía cosas para la escuela o promocionaba sus restaurantes. Los aromas de comida deliciosa llenaban el aire y las voces animadas de los comerciantes creaban una atmósfera vibrante.

Finalmente, llegaron a la entrada principal de la Academia de Poderes Tempestus. La puerta principal se abría hacia un gran jardín, donde los nuevos aspirantes se estaban formando. Delter y Seth se unieron a la fila, rodeados de jóvenes de familias importantes y de hijos de guerreros conocidos.

De pronto, desde un templete colocado para recibirlos, se puso de pie frente a los jóvenes aspirantes la regente de la Nación del Rayo, una mujer de cabello rojizo fuerte y de 46 años de edad. Aunque no se notaban sus años, pues era hermosa y con buenos atributos.

—Bienvenidos a la Academia de Poderes Tempestus —dijo con voz firme—. Soy la Regente, Isabela, y me enorgullece ver a tantos jóvenes talentosos aquí hoy.

A su lado estaba el director de la escuela, un hombre de aproximadamente 80 años, pero aún lo suficientemente fuerte para su edad. Tenía una barba larga hasta el pecho de color café, era alto y vestía unas capas largas que se apretaban en la cintura y volvían a caer después de la cintura 

—Soy el Director Alden. Aquí, en la Academia de Poderes Tempestus, valoramos la fuerza, la inteligencia y el coraje. Cada uno de ustedes será evaluado en una serie de pruebas para determinar su ingreso.

Los profesores los observarán para evaluarlos en cuatro pruebas:

Demostración del control de su poder: Cada aspirante deberá mostrar sus habilidades únicas y la capacidad de controlar su poder de manera efectiva. Trabajo en equipo: Una prueba diseñada para evaluar la inteligencia y la capacidad de colaborar con otros. Se enfrentarán a desafíos que solo podrán superar trabajando juntos. Prueba de estrategia: Los aspirantes serán puestos en situaciones simuladas donde tendrán que demostrar su capacidad para pensar rápidamente y tomar decisiones estratégicas. Combate uno contra uno: Una prueba de combate directo donde los aspirantes se enfrentarán entre sí para demostrar su habilidad en batalla y su resistencia.

—Recuerden, estas pruebas no solo miden su poder, sino también su corazón y su mente —continuó el director Alden—. Les deseo suerte a todos.

Delter sintió un torrente de emociones mientras escuchaba las instrucciones. Sabía que las pruebas serían difíciles, pero estaba decidido a dar lo mejor de sí y demostrar su valía.

 

Las pruebas comenzaron y Dominic fue uno de los primeros en demostrar por qué todos lo observaban. Como miembro de la familia más importante de la Nación del Rayo, mostró un gran poder y control sobre su elemento, impresionando a todos los presentes.

Siguieron pasando chicos y chicas hasta que una bella chica rubia, llamada Mariana, mostró su habilidad para controlar el sol. Su demostración de poder fue tan impresionante que dejó a todos boquiabiertos, incluyendo a la regente.

Finalmente, llegó el turno de Delter. Nervioso, no logró demostrar un gran poder ni control, lo que provocó las burlas de Dominic y Mariana. Delter se sintió frustrado mientras se unía a los que ya habían completado la prueba.

Cuando Seth pasó, el ambiente cambió por completo. Expulsó una cantidad de energía impresionante y lanzó un átomo que generó una gran explosión. Los profesores, la regente y el director se sorprendieron enormemente.

—"Este chico tiene un potencial increíble", pensó el Director Alden. —"Podría ser una amenaza para el equilibrio de poder", reflexionó la Regente Isabela. —"Nunca había visto algo así", se dijo uno de los profesores.

Las pruebas continuaron con la segunda evaluación, el trabajo en equipo. Los aspirantes fueron divididos en grupos para resolver un problema complejo. Dominic lideró su equipo con confianza y estrategia, logrando el objetivo rápidamente. Mariana, con su carisma y liderazgo natural, también dirigió a su grupo al éxito. Seth, con su control sobre la física, impresionó una vez más al resolver los desafíos de manera innovadora. Delter, sin embargo, tuvo dificultades para coordinar con su equipo y se quedó atrás en la evaluación.

La tercera prueba fue de estrategia. Los aspirantes fueron puestos en situaciones simuladas donde debían tomar decisiones rápidas y estratégicas. Dominic mostró su agudeza mental, resolviendo los problemas con precisión. Mariana utilizó su conocimiento del entorno para su ventaja. Seth, una vez más, demostró su brillantez al aplicar conceptos complejos de física para superar los obstáculos. Delter, aunque se esforzó, no pudo destacar entre los demás.

La cuarta y última prueba, el combate uno contra uno, estaba a punto de comenzar. Delter sabía que este era su momento de redimirse y demostrar su verdadero potencial. El corazón le latía con fuerza mientras se preparaba para el desafío final.

La cuarta prueba comenzó y se hizo un sorteo para determinar los combates. Mariana tuvo la suerte de enfrentar a un oponente fácil, al cual derrotó con solo dos ataques, demostrando su habilidad excepcional con el control del sol.

Seth, una vez más, mostró su poder impresionante. A pesar de pelear contra un miembro de una familia poderosa, utilizó una velocidad impresionante, más rápida que la de muchos guerreros adultos, y derrotó a su oponente de un solo golpe con una tranquilidad extrema que dejó a todos asombrados.

Cuando llegó el turno de Delter, el sorteo no le favoreció. Tuvo que enfrentarse a Dominic, el miembro de la familia del Relámpago Blanco. La tensión en el aire era palpable mientras ambos se preparaban para el combate. Dominic sonreía con arrogancia, seguro de su victoria.

—Vamos a ver qué tienes, chico del fuego —dijo Dominic, lanzando un rayo de advertencia al aire.

Delter se preparó, sabiendo que este sería el mayor desafío de su vida hasta ahora. Mientras todos los ojos estaban puestos en ellos, él recordó por qué estaba allí y para quién luchaba. Determinado a no rendirse, encendió sus manos en llamas y se puso en posición de combate.

Delter se lanzó con velocidad hacia Dominic, intentando golpearlo. Sin embargo, Dominic era veloz y lo contraatacó con una patada, seguido de un rayo que lo derribó al suelo.

—Tú no perteneces aquí —dijo Dominic, intentando humillarlo.

Delter, ignorando las palabras de Dominic, se lanzó una y otra vez hacia él. Finalmente, Dominic tomó el brazo de Delter y le lanzó un trueno muy poderoso, dejándolo aparentemente fuera de combate. Todos pensaron que Dominic había ganado.

Mientras yacía en el suelo, Delter recordó sus promesas y a sus hermanos. Visualizando a la 5ta Gran Leyenda, se puso de pie y gritó:

—¡Esto no se ha acabado! ¡Seré la 6ta Gran Leyenda!

Expulsando un gran poder de fuego, se lanzó hacia Dominic.

Aquí comienza la pelea al estilo Dragon Ball, con intercambios rápidos y poderosos:

Delter y Dominic se movían a una velocidad vertiginosa, dejando estelas de luz y fuego a su paso. Los golpes se sucedían en ráfagas, con chispas de fuego y rayos iluminando el campo de batalla. Cada golpe resonaba como un trueno, y el aire vibraba con la energía de sus ataques.

Dominic lanzó un rayo blanco que Delter apenas pudo esquivar, contraatacando con una ráfaga de llamas que envolvieron a Dominic. Sin embargo, Dominic se liberó con una explosión de energía eléctrica, enviando a Delter volando hacia atrás.

—¡No puedes derrotarme! —gritó Dominic, lanzándose nuevamente hacia Delter.

Delter se levantó rápidamente y se lanzó hacia Dominic, sus cuerpos chocando en el aire con un estruendo. Las llamas y los rayos se entrelazaban en una danza destructiva, cada uno luchando por superar al otro.

Ambos combatientes se separaron, jadeando por el esfuerzo. Dominic sonrió con arrogancia, preparando un gran ataque de rayo.

—¡Este es tu fin, Delter! —gritó, lanzando el ataque con todas sus fuerzas.

Delter, con una determinación inquebrantable, preparó su propio ataque de fuego y lo lanzó al mismo tiempo.

—¡No me rendiré! —gritó Delter, mientras los dos poderes se encontraban en un choque titánico.

La colisión de los ataques generó una explosión masiva, sacudiendo el suelo y enviando una onda de choque que dejó a ambos combatientes fuera de combate.

El combate terminó en empate, y el director pensaba sobre la determinación de Delter. Después de concluir los combates, los formaron a todos y comenzaron a dar los resultados. Dominic, Mariana y Seth aprobaron rápido y fácil. Muchos quedaban fuera y otros dentro. Delter fue casi de los últimos nombrados, y el resultado fue que no era aprobado.

Delter quedó en shock y frustrado, pero el Director Alden dijo:

—Para los profesores, no has quedado, pero para mí, sería una gran pérdida dejarte ir. Así que te apruebo y eres un nuevo estudiante.

Esto hizo que Delter explotara de alegría. Con lágrimas en los ojos, decía:

—¡Lo he logrado!

Para Dominic, Mariana y otros chicos, era algo inesperado. Seth solo sonrió.

Tras la ceremonia de bienvenida, los nuevos estudiantes fueron conducidos al gran salón de la Academia de Poderes Tempestus. Las paredes estaban decoradas con estandartes coloridos, cada uno representando una de las casas de fraternidad de la academia. El aire estaba lleno de expectación y emoción mientras los estudiantes aguardaban ser asignados a sus casas.

El Director Alden se acercó al atril y levantó la mano para silenciar a la multitud.

—Ahora, procederemos a asignar a cada uno de ustedes a sus respectivas casas de fraternidad. Las casas representan su hogar aquí en la academia, un lugar donde forjarán amistades y aprenderán el verdadero significado de la camaradería y el honor.

Un profesor se acercó con un antiguo libro, cuyas páginas parecían brillar con una luz etérea. Uno a uno, los nombres fueron llamados y los estudiantes fueron asignados a sus casas.

Dominic del Relámpago Blanco, casa Voltaris —anunció el director. Dominic sonrió con superioridad mientras caminaba hacia la mesa de su casa.

Mariana del Sol, casa Lumina —continuó el director. Mariana se dirigió con gracia hacia su mesa, recibiendo una cálida bienvenida.

Seth de la Física, casa Arcanis —Seth sonrió y caminó con seguridad hacia su nueva familia.

Finalmente, llegó el turno de Delter.

Delter del Fuego, casa Ignis —anunció el director. Delter se dirigió a su mesa, recibiendo una mezcla de miradas curiosas y de apoyo.

Una vez que todos fueron asignados a sus casas, los estudiantes fueron llevados a sus dormitorios respectivos. Delter conoció a otros miembros de su casa, entre ellos Evelyn, una chica que controlaba el hielo, y Kael, un joven con la habilidad de controlar las plantas.

Al día siguiente, en la primera clase, los estudiantes se reunieron en el gimnasio principal. El profesor Drake, un veterano guerrero con cicatrices que contaban historias de antiguas batallas, se acercó al centro de la sala.

—¡Bienvenidos a su primer desafío en la academia! —dijo con voz autoritaria—. Serán formados en escuadrones de 12 individuos, cada uno con diferentes poderes. Estos escuadrones serán su equipo en las próximas pruebas y misiones.

Delter, Dominic, Mariana y Seth se encontraron en el mismo grupo, junto con otros estudiantes que aún no conocían. El profesor Drake comenzó a formar los equipos y asignarles a sus respectivas misiones.

—Nuestro escuadrón parece estar destinado a grandes cosas —dijo Seth, con una sonrisa confiada—. Vamos a demostrarles lo que podemos hacer.

Dominic, aunque mostraba su arrogancia habitual, no podía negar la habilidad de sus compañeros.

—No piensen que porque estamos en el mismo equipo me contendré —dijo, mirando especialmente a Delter.

Mariana, por su parte, mostró una actitud más abierta.

—Vamos a trabajar juntos y demostrar que somos el mejor escuadrón —dijo, mirando a todos con determinación.

Delter, sintiendo una mezcla de nervios y emoción, asintió.

—Vamos a dar lo mejor de nosotros —afirmó, con el fuego de la determinación brillando en sus ojos.

El profesor Drake continuó explicando las próximas pruebas y misiones que enfrentarían, mientras los estudiantes comenzaban a conocerse y a entender la dinámica de sus nuevos equipos.

El Profesor Drake se puso de pie ante la clase, su presencia imponente comandaba atención. Con una lista en la mano, comenzó a formar los escuadrones basándose en los elementos y las habilidades de cada estudiante.

—Escuadrón Fénix 1 —anunció, atrayendo la mirada de todos los presentes—. Este escuadrón estará compuesto por doce individuos, cada uno con habilidades únicas que complementarán al equipo.

Dominic del Relámpago Blanco —anunció el profesor—. Dominio del rayo. Poder y velocidad extraordinarios.

Dominic, con su característica arrogancia, se adelantó para unirse al grupo.

Mariana del Sol —continuó el profesor—. Control del sol. Habilidad para manipular la luz y la energía solar.

Mariana se unió al grupo, recibiendo miradas de admiración.

Seth de la Física. Control de la física. Habilidad para manipular neutrones y energía atómica.

Seth sonrió mientras tomaba su lugar en el escuadrón.

Delter del Fuego. Control del fuego. Determinación y resistencia.

Delter se unió al grupo, su resolución visible en sus ojos.

Kertz del Hielo. Control del hielo. Capacidad para crear y manipular estructuras de hielo.

Kertz, con su porte desafiante, se unió al escuadrón, lanzando una mirada de competencia hacia Dominic.

Raya de las Plantas. Control de las plantas. Habilidad para hacer crecer y manipular la vegetación.

Raya, con su presencia serena y natural, se colocó junto a Kertz.

Yuno Hatamake del Agua. Control del agua. Habilidad para manipular líquidos y generar formas acuáticas.

Yuno, un joven tranquilo y calculador, se unió al escuadrón.

Lee Su de la Tierra. Control de la tierra. Capacidad para manipular rocas y minerales.

Lee Su, con una actitud sólida y confiable, se unió al grupo.

Luna de Impacto. Control del sonido y ondas de choque. Habilidad para generar potentes ondas sonoras.

Luna, una chica tímida pero con una habilidad impresionante, se unió al escuadrón con nerviosismo.

Lecrer de la Oscuridad. Manipulación de la oscuridad. Habilidad para generar sombras y oscuridad.

Lecrer, con un aire de misterio y una historia diferente, se unió al grupo.

Karla de la Luz. Control de la luz. Capacidad para crear y manipular luz de diversas formas.

Karla, con su brillo radiante, se unió al escuadrón con una sonrisa confiada.

Orion del Tiempo. Manipulación del tiempo. Habilidad para ralentizar o acelerar el flujo temporal.

Orion, con su sabiduría temprana y presencia imponente, completó el escuadrón.

—Este será el Escuadrón Fénix 1 —dijo el Profesor Drake—. Un grupo de élite con habilidades variadas y complementarias. A partir de ahora, trabajarán juntos, entrenarán juntos y enfrentarán desafíos juntos. ¡Bienvenidos a su nuevo equipo!