—Hm... —El Preceptor Imperial asintió y se acarició la barba blanca ante la respuesta de Li Huowang.
Li Huowang no estaba seguro de si el Preceptor Imperial le creía o no. Todo lo que sabía era que estaba seguro de que no podía escapar ya que el Preceptor Imperial era mucho más fuerte que él.
Estaba pensando en una forma de despedirse para poder irse lo antes posible, pero el preceptor imperial le dijo: "El emperador te tiene en alta estima, así que deberías considerarte afortunado. Asegúrate de aprovechar la oportunidad adecuadamente".
—¡Sí! —Li Huowang no estaba muy seguro de si había tenido suerte o no. Ni siquiera estaba seguro de si Ji Lin podría ascender al trono con éxito, ya que los otros príncipes estaban haciendo movimientos tras bastidores.
"Ve y trabaja con diligencia. El Reino de Liang necesita gente como tú". El preceptor imperial le dio una palmadita en el hombro a Li Huowang.
Li Huowang sintió que algo afilado le penetraba en el hombro antes de precipitarse hacia la base de la lengua. Al instante dedujo que era una especie de sello para evitar que hablara sobre lo que había visto hoy. Parece que el Preceptor Imperial todavía no confía en mí a pesar de amenazarme.
Sin embargo, no le importaba. Para empezar, nunca había querido hablar de ello. Si lo hiciera, se encontraría en un atolladero de problemas sin fin.
"Sí, lo entiendo. Me voy entonces". Li Huowang hizo una reverencia y salió del templo imperial. Solo cuando dejó la pared roja del palacio con Lian Zhibei y las píldoras de la longevidad, suspiró aliviado.
Volvió a mirar el palacio opresivo y se convenció de que realmente los odiaba, tanto al palacio como a la ciudad. Era como si la ciudad entera estuviera devorando gente constantemente tras bastidores.
Les llevó bastante tiempo, pero aún así lograron obtener lo que necesitaban.
Li Huowang sabía que los príncipes pronto conspirarían entre sí y estaba seguro de que Shangjing se volvería caótico muy pronto. Decidió terminar sus tareas y abandonar Shangjing lo antes posible.
Li Huowang ni siquiera consideró ayudar a Ji Lin a conseguir el trono. Si bien Ji Lin era amable con él y parecía ser una persona adecuada para entablar una amistad, no había forma de que Li Huowang arriesgara su vida por él. Solo se habían visto una vez y Ji Lin no parecía alguien adecuado para ser emperador.
"Es hora de honrar tus palabras". Li Huowang miró a Lian Zhibei, quien sostenía la placa de jade con entusiasmo.
La vida pura no podía convertirse en píldoras de vida, y alguien tenía que infundirla directamente en el receptor. La placa de jade era la prueba de que el poseedor tenía derecho a la vida pura.
—¡Por supuesto! ¡Cumpliré mi palabra! —exclamó Lian Zhibei. Luego se dio la vuelta para marcharse.
"¿A dónde vas?", preguntó Li Huowang, deteniéndola.
"Por supuesto, traeré a mi madre aquí para que pueda disfrutar de su vida pura. ¿No era eso lo que habíamos acordado?"
Li Huowang recuperó la placa de jade y explicó: "Trae a tu madre aquí y encuéntrame. Date prisa; si no vienes en un mes, le daré la placa de jade a mi esposa".
—No, espera, ¿aún no confías en mí a pesar de que estamos en Shangjing? ¿Tengo que darte mi placa de identidad como garantía? —suplicó Lian Zhibei.
Pero Li Huowang ni siquiera se molestó en negociar con ella. Agitó la placa de jade frente a ella antes de caminar hacia la Oficina de Vigilancia.
No había manera de que él cayera en eso.
De regreso a la bóveda, Li Huowang no perdió tiempo para hablar con el eunuco que tenía monedas en lugar de ojos. Derramó cuatrocientas píldoras de esperanza de vida sin dudarlo y dijo: "¡Quiero que las cambies por la reliquia de la que hablamos la última vez! ¡Date prisa!"
La reliquia se encontraba dentro de una pagoda de siete capas. El eunuco abrió las pagodas una por una hasta llegar a la última capa, que contenía una caja resplandeciente hecha de ágata. La caja era translúcida y Li Huowang vio de inmediato la reliquia llena de luz sagrada. Era un pequeño trozo de hueso humano, que brillaba extrañamente como una gema.
"¿Una reliquia es un hueso humano? ¿Necesitas comer un hueso humano para obtener la visión de la mente?", preguntó Li Huowang, lanzando una mirada dubitativa al eunuco. Comer un hueso humano no parecía algo sagrado .
"No se preocupe, estimado cliente. Este es el último que queda. Los primeros seis ya han sido rescatados por otros y todos dijeron que estaba bien. ¡Pero necesito recordarle nuevamente que solo los buenos pueden usarlo!"
—Está bien, lo entiendo. No tenías que decir eso otra vez. Te estás volviendo bastante molesto —dijo Li Huowang. Estaba ocupado pensando en cómo podría persuadir a Bai Lingmiao para que se tragara el hueso.
Bai Lingmiao todavía estaba traumatizada por su experiencia en el Templo Céfiro, y se negaba a comer cualquier cosa humana hasta el punto de que ni siquiera tomaba pastillas "normales".
Li Huowang llevó consigo la caja con la reliquia y dos gansos asados antes de regresar a casa. Se sintió aliviado al ver que Bai Lingmiao estaba tanteando su camino en la oscuridad. En otras palabras, se había vuelto completamente ciega y no podía ver que la reliquia era un hueso humano.
—Mayor Li, ¿has vuelto? —Bai Lingmiao parecía cansada mientras caminaba lentamente hacia Li Huowang.
—¿Cómo supiste que era yo? —preguntó Li Huowang, colocando los gansos asados envueltos en hojas de loto sobre la mesa.
"Te oí y reconocí tus pasos. Mayor Li, descubrí que mi audición mejoró mucho cuando perdí la vista".
Li Huowang se acercó a ella y la guió con delicadeza hasta una silla. "Miaomiao, no te preocupes. Tengo una forma de hacerte ver de nuevo".
Li Huowang sacó la caja de ágata y una calabaza llena de agua. "Ven, abre la boca".
—Señor Li, ¿qué clase de píldora milagrosa me vas a hacer comer? ¡Pensar que me permitirá ver de nuevo! —dijo Bai Lingmiao. Tenía curiosidad y estaba deseando que llegara el momento, así que abrió la boca de inmediato.
Li Huowang no respondió mientras colocaba la reliquia en la base de su lengua. "No la mastiques. Trágatela entera y tómala con agua de lluvia".
Una vez que el agua de lluvia entró en la boca de Bai Lingmiao, ella tosió sorprendida. Li Huowang le dio unas palmaditas en la espalda a toda prisa. En medio del pánico, ninguno de los dos notó la esvástica dorada que brillaba en el pecho de Bai Lingmiao.
Al final, Bai Lingmiao se sintió mejor y frunció el ceño. "Mayor Li, ¿qué pasó...?"
Bai Lingmiao se detuvo a mitad de la frase cuando se dio cuenta de que podía ver una vez más. Para ser más precisos, no podía ver con sus ojos, pero podía ver el Qi de todos, lo que le permitía ver el contorno de la silla, el taburete, Li Sui y los contornos de los dos árboles bajos en el patio.
Era un sentimiento profundo que no podía describir. Sentía como si todo lo que se encontraba dentro de un cierto radio hubiera sido grabado en su corazón.
"¿Mayor Li?"
Bai Lingmiao miró fijamente la extraña mancha humanoide que tenía ante sí, y la mancha humanoide era la única "cosa" diferente en su "visión". La mancha humanoide aparecía y desaparecía y temblaba violentamente. Además, había imágenes residuales que convergían y divergían de vez en cuando alrededor de la mancha [1].
1. ¡Ella puede ver sus ilusiones! ☜