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Chapter 3 - el inerrogatorio - 1

Estoy en un lugar muy oscuro, las paredes son de piedra como si fuera un calabozo y lo único que llega a iluminar este lugar son antorchas y velas que hay por el lugar. Estoy caminando junto a otras personas y nos llevan a otra habitación, más que habitación se podría llamar celda.

Mientras estamos caminando, veo en uno de los estantes uno de los libros de ese maldito viejo con los que hacía rituales. Miro hacia todos lados y, justo cuando nadie me podía ver, tomo uno de los libros más viejos para que no se den cuenta de su ausencia y los escondo dentro de mi camisa, rezando para que no se notara.

Ya cuando estoy dentro de la nueva habitación, me pongo en una esquina donde no se me veía fácilmente y empiezo a leer el libro.

Justo en ese momento, abro los ojos, despertando en la mañana. Después de un rato mirando al techo, empiezo a prepararme para salir. Hoy no voy a patrullar, pero tengo cosas que hacer aún así.

Después de media hora, termino de alistarme para salir. Cuando voy a salir, por la costumbre me despido de Lilith.

-Adiós, Lilith, ya me voy... - Me quedo analizando lo que acabo de decir. - Cierto... - Suspiro.

Después de un rato caminando, llego a la taberna Cola de Gato. Al entrar, me encuentro a Cristel, que apenas estaba saliendo de la habitación que le habían dado la noche anterior.

-Buenos días, Cristel. ¿Cómo dormiste?

-Ah... eh, he dormido bien, gracias otra vez por ayudarme, se lo agradezco demasiado... - me agradece mientras agacha la cabeza.

-No hay de qué, como ya dije... además, es mi trabajo como guardia de la ciudad.

-Es que no sé dónde estaría ahora mismo si no fuera por su ayuda, de verdad muchísimas gracias - suspira y dice en voz baja - como quisiera que mi hermano lo hubiera llegado a conocer.

-Oye... ya tenemos al maldito que lo mató...

Me quedo un poco de tiempo pensando en qué decir.

-Escucha, si no tienes donde ir, te puedes quedar aquí en la ciudad. Puedo conseguirte algún trabajo. Por esta zona necesitan personal en algunas tiendas; incluso aquí estarían encantados de contratarte.

-Todavía no lo sé, en nuestro pueblo ya no hay nadie esperándome. Mi hermano era el único con el que vivía, y el resto de mi familia es muy lejana a mí, así que no sé... tal vez sea buena idea...

-... oye, ¿quieres desayunar? Yo invito.

-¿Eh? E-está bien...

Después de un rato, nos traen la comida y empezamos a comer.

-Gracias por invitarme el desayuno.

-No hay de qué, yo venía a desayunar y sería de mala educación comer sin invitarte aunque sea un poco.

-Usted es muy amable - dice mientras sonríe.

Sonrío - Oye, si alguna vez necesitas ayuda en algo, puedes encontrarme aquí o preguntar en la sede de los guardias.

-Lo tendré en mente, pero no le quiero molestar demasiado, ya ha hecho mucho por mí.

-Tranquila, como ya dije, es mi trabajo como guardia de la ciudad.

Después de un rato terminamos de comer y me despido antes de irme.

-Adiós, Cristel, ya sabes dónde encontrarme... Por cierto, la morgue donde está tu hermano está cerca del cementerio. Si quieres ir, le puedes preguntar al tabernero, él te dará las instrucciones de cómo llegar.

-B-bueno, adiós, Sandro, que tenga buen día.

-Igualmente, Cristel.

Salgo de la taberna y me dirijo a las cárceles de la sede de los guardias. Cuando llego, me encuentro a Urizor y Dorian en la recepción. Me sorprendo al verlos, ya que también era el día libre de ellos. Cuando entro, me dirijo hacia donde están.

-¿Qué hacen aquí? Se supone que nos dieron día libre hoy.

-Después de lo que pasó ayer, sabíamos que ibas a venir aquí.

-¿Qué? Lo dicen como si supieran qué voy a hacer.

-Sabemos que vas a hablar con el contrabandista ese, y vinimos para evitar cualquier locura que vayas a hacer.

-Según ustedes, ¿qué podría venir a hacerle a ese hombre?

Dorian y Urizor se miran entre ellos y me vuelven a ver.

-Después de lo que dijo ese hombre ayer y cómo reaccionaste, nos esperamos cualquier cosa.

-Lo que dijo Urizor, Sandro, tal vez deberías hablar con nosotros.

-Ya les he dicho que no me gusta hablar de mi pasado antes de unirme a la guardia de la ciudad, así que pueden irse.

-No nos iremos, vamos a acompañarte, y ya dimos el informe de que vamos a aser unas preguntas.

Me quedo un momento mirándolos y sin decir nada empiezo a caminar hacia la parte de las celdas.

Mientras caminamos, Dorian y Urizor empiezan a hablar entre ellos tras de mí.

-Hey Urizor, ¿es mi imaginación o Sandro hoy está más serio que de costumbre?

-Sí, es más que obvio que es por lo que dijo el contrabandista ese ayer.

-Los estoy escuchando —digo sin voltearlos a ver.

Después de un rato llegamos a la celda donde se encuentra el contrabandista y golpeo los barrotes de la celda.

-Ey tú.

-Vaya, vaya, ¿a quién tenemos aquí? Es el idiota que escapó del viejo. ¿Estás extrañando la vida de ser una ofrenda?

-Cierra la boca y responde mis preguntas.

-¿Ni un hola ni nada? Y yo que pensé que los guardias tenían modales.

-¿Qué hacen los de la Casa de la Luna Plateada aquí en la ciudad?

-Pues, ¿qué más podríamos hacer? Aquí está nuestra base principal y tenemos muy buenos planes para esta ciudad.

-¿Dónde se supone que está su base?

-En donde todos acaban después de la muerte, jaja.

-Déjate de tonterías y responde.

-Esa ha sido mi respuesta, si no logras entender es tu problema —se acerca a los barrotes y me mira frente a frente-. Tú respóndeme algo, ¿cómo fue que lograste vencer al viejo siendo tan solo un bardo sin armas?

Sonríe de manera retadora—. Pues utilicé sus mismos trucos para acabar con la vida del maldito viejo ese.

Empieza a reír-. ¿Acabar con su vida? ¡Pero si él sigue vivo!

-a que carajos te refieres con que sigue vivo!?

[nuevos capitulo cada miercoles. muchas gracias por leer mi novela >:^b ]