El goblin atacó salvajemente, y Aryon acabó con su vida con un corte rápido de su espada. El cuerpo verde de aquella criatura cayó inerte al suelo con un ruido sordo, antes de convertirse en cenizas.
Aryon suspiró con cansancio mientras su espada desaparecía de su mano, volviendo al sello de almacenamiento en su antebrazo. Ya había acabado con los goblins de esa zona. Le llevó dos días enteros, pero finalmente había logrado cumplir con su misión.
—Mierda, estoy exhausto —murmuró mientras miraba a su alrededor. La noche estaba a punto de caer, y era mejor buscar refugio; andar en el bosque de noche era un riesgo innecesario.
Cuando cayó la noche, Aryon ya había montado su campamento. Una pequeña fogata y una tienda de acampar discreta eran más que suficientes. Comió un conejo que había cazado más temprano ese día, mientras absorbía la calidez de la fogata.
—Es una noche bastante tranquila —dijo Aryon para sí mismo mientras contemplaba el cielo nocturno—. Fue una misión agotadora; sin embargo, la paga valía la pena.
Cazar a una colonia de goblins que acechaban por este bosque, atacando a diestra y siniestra a cualquier persona que transitara por el sendero que conectaba a las ciudades del Este y del Sur, había sido tedioso. Los malditos sabían cómo ocultarse bastante bien, pero Aryon pudo dar con todos ellos y eliminarlos.
Después de descansar por la noche, Aryon se dirigió de inmediato a la ciudad del Este para reclamar su paga y volver a casa. La ciudad no estaba muy lejos de allí; le tomaría solo un par de horas volver a transitar el sendero, y sin la amenaza constante de los goblins, sería un viaje tranquilo, a menos que un bandido tratara de robarlo.
Fue a mitad de trayecto que Aryon percibió algo extraño. Mirando a un lado del sendero, extendió sus sentidos más profundamente en el bosque y sintió una energía peculiar.
—Qué energía tan siniestra… me pregunto... —murmuró, deteniendo sus pasos. Pero así como había aparecido, aquella energía desapareció sin dejar rastro alguno—. Qué extraño…
Miró un rato más el lugar donde había percibido la energía; sin embargo, se encogió de hombros y reanudó su camino, sin darse cuenta de cómo unos ojos amarillentos lo observaban ocultos entre el follaje.
—Interesante… —murmuró una extraña voz, observando la figura de Aryon perderse en la distancia.
La ciudad del Este estaba rodeada por unas murallas de casi veinte metros. Grandes edificios se alzaban, y Aryon podía observar las casas y la gran torre del vigía en medio de la ciudad. Cuando se acercó a la entrada principal, había un par de guardias apostados, gestionando el paso de los civiles a la ciudad.
—Nombre e intención para ingresar a la ciudad —preguntó uno de los guardias con tono aburrido.
—Aryon Uzuki, regreso de terminar una misión —respondió tranquilamente Aryon.
El guardia lo miró con ojos escrutadores.
—Pareces bastante joven para ser un aventurero —le dijo. Aryon entrecerró los ojos—. Necesito tu identificación, por favor.
Aryon se la entregó, y el guardia la revisó. Los ojos del hombre se abrieron con sorpresa, y lo miró sin poder creerlo.
—¡Eres un aventurero rango A! ¡Pero si solo tienes 12 años! —exclamó incrédulo.
Aryon suspiró, fastidiado.
—¿Me vas a dejar entrar, sí o no? Necesito dar mi reporte.
El guardia asintió mientras le devolvía su identificación.
—Todo parece en orden… Bienvenido a la ciudad del Este.
El guardia, cuyo nombre era Fernand, miró cómo Aryon se adentraba en la ciudad y se perdía entre la multitud.
—Vaya, pensar que es alguien tan joven y ya tiene ese rango…
Todos los aventureros que completaban una misión debían reportarse al Gremio Principal de la ciudad para dar su informe y obtener su paga. Aryon no fue la excepción. No tardó mucho en llegar al edificio del gremio e ingresar por las grandes puertas.
Varios ojos se posaron en él al entrar. A esa hora del día, había muchos aventureros en el gremio, y muchos miraron con sorpresa al joven, un niño que apenas entraba en la adolescencia, caminar hacia la recepción.
—Misión completa. Los goblins han sido erradicados del bosque; no volverán a dar problemas —informó Aryon mientras hacía aparecer una bolsa sobre el mostrador—. Fueron 117 en total. Allí están las gemas como prueba.
La mujer que atendía en la recepción parpadeó sorprendida, antes de suspirar.
—Hola a ti también, Aryon-chan.
Celestin era una mujer hermosa, de veinte años, por lo que sabía Aryon. Tenía el cabello de un curioso tono púrpura y unos ojos verdes como el jade.
—Veo que te esforzaste mucho en esta misión. ¡Solo tardaste dos días! Esta misión mínimo debería haberte llevado una semana para completarla —lo elogió con una pequeña sonrisa.
—Fue un verdadero fastidio —fue la simple respuesta de Aryon.
Celestin negó con la cabeza, aún sonriendo.
—Solo tú dirías eso —rió entre dientes mientras recogía la bolsa del mostrador y la revisaba—. Todo parece estar bien.
Desapareció por un momento y regresó con una bolsa en sus manos. Aryon escuchó el sonido metálico en el interior.
—Aquí tienes: 500 monedas de oro como se estipulaba en la misión. ¡Buen trabajo, Aryon-chan! Si sigues así, muy pronto ascenderás a Rango S. ¿No te parece estupendo?
A Aryon aquello le daba igual. Lo único que le interesaba era si la misión pagaba lo suficiente.
—Gracias, Celestin-san.
Con eso, se dio la vuelta, dispuesto a salir del gremio y buscar un buen lugar para comer una comida decente.
Pero antes de poder salir, se encontró con su camino bloqueado por la figura inmensa de un hombre.
—Sabes, niño, es un delito grave mentir al gremio y, peor aún, robarle descaradamente.
El hombre era alto y corpulento, musculoso sin duda, y Aryon podía sentir un aura decente de poder. Levantando la mirada, se encontró observando un rostro que solo su madre podría querer. Era calvo, y en su rostro tenía varias cicatrices; lo más destacable era el parche en su ojo derecho.
Aryon lo miró aburridamente.
—No sé de qué hablas, bestia—fue lo que le dijo. —Quítate de mi camino, me estorbas.
Muchos de los presentes jadearon.
"¡Qué niño tan estúpido!"
"¿Tiene algún deseo de muerte?"
"¡Boris-sama lo matará!"
—Cuida el tono en el que me hablas, mocoso. ¿No sabes quién soy? ¡Soy el gran Boris! ¡El asesino de orcos! Soy un aventurero de Rango B, ¡así que tenme más respeto!
Aryon lo miró con una mirada en blanco.
—Ah, bien por ti. Ahora, por favor, apártate de mi camino.
Aryon se estaba irritando. Maldición, venía de una misión agotadora, ¡por el amor de los dioses!
—Mocoso irrespetuoso. Mira, te daré una oportunidad: devuelve ese dinero y discúlpate con Celestin-chan en este instante, y tal vez tengan piedad de ti.
Aryon solo lo miró con indiferencia.
—Deja de decir estupideces. No robé nada.
Boris se estaba enfureciendo.
—¡Cómo te atreves…!
—Boris-san, si me permite, hay un gran malentendido aquí. Aryon-chan no ha robado nada. Él cumplió la misión con éxito.
Boris miró incrédulo a Celestin, quien había hablado en defensa de Aryon.
—¡Eso no puede ser cierto! ¿Cómo quieres que crea que un mocoso completó una misión de Rango B él solo? ¡Es solo un puto niño!
Maldición, ya me cansé, pensó Aryon, y antes de que alguien dijera o hiciera algo más, le propinó un poderoso golpe en el estómago a Boris, sacándole todo el aire.
Los presentes miraron incrédulos cómo todo el aire parecía escapar del cuerpo del gigante que era Boris. Celestin solo negó con la cabeza.
Aryon retiró su puño del estómago de Boris, quien cayó de rodillas para luego poner los ojos en blanco y caer inconsciente al suelo.
—Aryon-chan, ¿era eso necesario?— le preguntó Celestin con desaprobación.
—Me estaba molestando—fue todo lo que dijo Aryon, y todos los aventureros presentes observaron al niño salir del gremio.
Celestin suspiró, viendo cómo Aryon se marchaba. Ahora posó su mirada en el inconsciente Boris. Sonriendo, le dijo a unos aventureros allí que levantaran a Boris del piso.
—¿Quién carajos era ese niño, Celestin-san?
Una mujer algunos años más joven que Celestin preguntó. Celestin observó a la chica; tenía el cabello plateado y unos expresivos ojos celestes. Vestía un atuendo que delataba su rango de hechicera, con un sombrero a juego con su traje.
—Oh, hola, Karin-chan. No me había dado cuenta de que habías llegado.
Karin le sonrió.
—Llegué solo esta mañana. Estaba viendo algunas misiones, pero aún no me decido cuál tomar. Pero, volviendo a lo de antes, ¿quién es ese chico?
—¿Te refieres a Aryon-chan? Bueno, él solo viene a hacer misiones de vez en cuando, solo cuando necesita dinero.
—¿Pero cómo es posible que pueda hacer misiones de Rango B? ¡Es solo un niño!
Celestin sonrió.
—¿Sorprendente, no? A pesar de que trata de pasar desapercibido, es alguien bastante fuerte. ¡Ha subido de rango de manera muy rápida! Y, a pesar de ser joven, es un aventurero de Rango A, con un cien por ciento de éxito en todas sus misiones.
Karin la miró incrédula.
—¡Debes estar bromeando!
Celestin negó.
—¡Para nada!--dijo. —Si dudas de mí, puedes revisar el Libro del Gremio; allí aparecerá toda su información.
Karin, guiada por su curiosidad, hizo eso mismo, dejando a Celestin con sus pensamientos.
—Y pensar que llegarías tan lejos, Aryon-chan—murmuró Celestin. A su mente llegó la imagen de un niño harapiento. Suspiró con tristeza. —Solo quisiera que no te cerraras a las emociones de esa forma.
En las calles de la ciudad, Aryon caminaba buscando un sitio donde comer una buena comida. Con el dinero que había ganado, tenía más que suficiente para vivir unos cuantos meses sin tener que ir a alguna misión. Ahora solo quería comer, ir a casa, tomar una larga ducha y luego dormir.
Cuando estaba pasando junto a un puesto de flores, escuchó a dos chicas hablar.
"¿Escuchaste lo que dicen? ¡El héroe legendario viene a la ciudad!"
"Escuché que derrotó a un demonio superior en la Ciudad del Oeste. ¡Dicen que la batalla fue la más épica hasta ahora!"
"Ya quiero conocerlo. ¡Dicen que es muy guapo!"
Aryon resopló. Cuántas tonterías. Había escuchado hablar sobre este supuesto héroe legendario: un héroe convocado de otro mundo para eliminar a la raza demoníaca y destruir al rey demonio. Alguien bendecido por los mismos dioses.
Sin embargo, Aryon no creía mucho en aquello. No había escuchado hablar de un rey demonio en lo absoluto y, si bien la raza demoníaca existía, era solo una variante de la raza de los ogros, solo que podían usar maná oscuro. Aquellos demonios no eran muy comunes; de hecho, era muy extraño encontrarse con uno y, en su mayoría, eran pacíficos... siempre y cuando no se les molestara.
Sin embargo, la Iglesia los cazaba a diestra y siniestra, y ahora, con el héroe legendario, sin duda querrían erradicar completamente a aquella raza.
Decidiendo dejar de pensar en eso, Aryon entró a una posada.
En otro lugar, en un pequeño poblado, las casas y edificios ardían. Hombres con armaduras y espadas mataban a cualquiera que se atravesara en su camino.
—¿¡Por qué nos hacen esto!?—preguntó con rabia un hombre desde el suelo, observando a su amado pueblo ser arrasado sin misericordia alguna.—¡Hemos vivido en paz todo este tiempo y ustedes…
El hombre gritó de dolor cuando le clavaron una espada en la espalda. Escupió sangre y soltó lágrimas de impotencia.
—Si tan solo no hubieran sido tan tercos... merecen morir tanto como las aberraciones con las cuales convivían.
Fue lo último que escuchó el anciano antes de que la vida comenzara a escaparse de su cuerpo.
—Solo espero que estés bien… Akane-chan.— Y con ese último pensamiento, abandonó el plano mortal.
Con las lágrimas corriéndole por los ojos, una niña observó su hogar ser quemado y saqueado por aquellas personas. Aquella niña no aparentaba tener más de catorce o quince años; tenía el cabello castaño y unos ojos grises nublados por las lágrimas.
Sin embargo, lo más peculiar de la niña eran las orejas de gato que tenía en su cabeza.
Fin del capítulo.
Ficha del Personaje: Aryon
Nombre completo: Aryon Uzuki
Alias: "Aryon-chan" (Por Celestin)
Edad: 12 años
Raza: Humano
Género: Masculino
Rango: Aventurero de Rango A
Apariencia física:
Altura: 1.50 metros
Constitución: Delgado, pero con una musculatura definida debido a su entrenamiento constante.
Cabello: Negro y liso, ligeramente desordenado, cae hasta justo por encima de sus ojos.
Ojos: Azul oscuro, penetrantes y fríos, siempre transmiten una expresión de indiferencia.
Piel: Clara, con cicatrices leves en las manos y brazos que delatan su experiencia en combate.
Vestimenta habitual:
Camisa negra de tela ligera, reforzada con cuero en zonas estratégicas.
Chaqueta de cuero marrón con detalles desgastados.
Pantalones ajustados de color gris oscuro.
Botas resistentes para largas caminatas y combate.
Guantes sin dedos que muestran cicatrices en sus manos.
Porta una capa gris oscuro con capucha que usa para pasar desapercibido.
Habilidades y fortalezas:
Combate cuerpo a cuerpo: Dominio avanzado de artes marciales y técnicas de combate, con gran precisión y fuerza para su edad.
Dominio de armas: Experto en el uso de espadas ligeras, dagas y armas arrojadizas.
Magia: Aunque no es su especialidad, tiene un conocimiento básico de hechizos utilitarios y defensivos.
Resistencia y estrategia: Aryon tiene una resistencia física
y mental sobresaliente. Analiza rápidamente a sus enemigos y actúa con precisión.
Sigilo: Su pequeño tamaño y habilidad lo convierten en un maestro del sigilo y la infiltración.
Si les gustó la historia espero sus comentarios!