La oscuridad del pasillo dentro de la torre era abrumadora, casi palpable. Solo el tenue brillo de las runas en las paredes proporcionaba algo de luz mientras Alex, Calla y Luthor avanzaban con cautela. El aire era frío, con un olor a piedra antigua y humedad que llenaba el lugar.—Es más grande de lo que parece desde afuera —comentó Alex en voz baja, sus pasos resonando contra el suelo de piedra. Calla asintió, manteniendo su espada desenvainada y los sentidos en alerta. —Las torres de los alquimistas siempre fueron construcciones extrañas. Su diseño no responde a las leyes de la física como las conocemos.—Eso es reconfortante —replicó Luthor con sarcasmo mientras revisaba cada rincón con su ballesta lista para disparar. Avanzaron en silencio hasta llegar a una cámara más amplia. El techo se perdía en las alturas, y en el centro de la sala había un pedestal con un libro abierto. Alrededor del pedestal, varias runas brillaban con una intensidad que hacía que la habitación pareciera cobrar vida.—¿Qué es eso? —preguntó Alex, acercándose lentamente.—Un grimorio —respondió Calla, deteniéndolo con una mano en el brazo antes de que pudiera acercarse más. —Es probable que contenga conocimientos antiguos, pero también podría estar protegido por hechizos o trampas. Alex retrocedió un paso, mirando el libro con cautela. Había algo en él que le resultaba familiar, como si una parte de él lo llamara. Luthor rodeó la sala, inspeccionando las paredes. Encontró varios grabados que representaban a figuras encapuchadas sosteniendo objetos brillantes. —Estos deben ser los antiguos alquimistas —dijo, pasando los dedos por los grabados. —Parece que esta torre era un lugar importante para ellos. De repente, el libro en el pedestal comenzó a emitir un brillo más intenso. Las runas en el suelo respondieron, encendiéndose una tras otra en un patrón que convergía hacia Alex.—¡Algo se activa! —exclamó Calla, empujando a Alex hacia atrás mientras ella y Luthor adoptaban posiciones defensivas. El aire en la cámara cambió, volviéndose más pesado. Un sonido bajo y constante llenó el espacio, como si la torre estuviera despertando. Frente al pedestal, una figura comenzó a formarse, hecha de luz y sombra. Era un ser alto y delgado, con una capa que parecía ondear en un viento invisible.—¿Quién osa perturbar este lugar? —preguntó la figura, su voz resonando en todas direcciones. No parecía hostil, pero había una autoridad en su tono que imponía respeto. Alex dio un paso adelante antes de que Calla pudiera detenerlo. —Soy Alex. No quería perturbar nada, pero necesitamos ayuda. Estoy buscando respuestas sobre mi papel aquí. La figura inclinó ligeramente la cabeza, como si estuviera evaluándolo. —¿Tu papel? ¿Eres un aprendiz de la alquimia? Alex intercambió una mirada con Calla antes de responder. —Sí... aunque apenas estoy aprendiendo. Creo que esta torre podría tener algo que me ayude a entender mis habilidades. La figura permaneció en silencio por un momento, como si evaluara a Alex con una mirada invisible que calaba hasta los huesos. Luego extendió una mano hacia el libro en el pedestal, pero antes de que las páginas comenzaran a pasar, se detuvo y fijó su atención en Alex.—Si deseas comprender lo que aquí se guarda, deberás demostrar tu valía. Este lugar no revela sus secretos a los no preparados. Alex tragó saliva, sintiendo el peso de las palabras. —¿Qué tengo que hacer? La figura giró ligeramente la cabeza, y su voz resonó con un tono de desafío. —Frente a ti hay un círculo alquímico vacío. Usa lo que sabes para completarlo y activar el camino que buscas. Pero cuidado, un error podría ser... costoso. Con un gesto, las páginas del libro comenzaron a pasar rápidamente hasta detenerse en una ilustración de un círculo alquímico intrincado. ¡ runas del pedestal comenzaron a brillar, proyectando una tenue luz sobre el suelo, donde un esquema del círculo se dibujaba lentamente.—Tienes hasta que la última runa se apague —advirtió la figura, mientras el brillo de las runas comenzaba a disminuir gradualmente, marcando un límite de tiempo implícito.—Este lugar fue construido por los antiguos alquimistas para proteger el conocimiento de quienes no estaban listos para comprenderlo. Sin embargo, tú... —La figura se giró hacia Alex. —Hay algo en ti que resuena con este lugar. Tal vez estés destinado a aprender lo que aquí se guarda. Calla frunció el ceño, dando un paso adelante. —¿Y cuál es el precio? Nada en Elysium se da sin un costo. La figura la miró, y aunque no tenía rostro visible, había una sensación de que sonreía. —El conocimiento siempre tiene un precio. Depende de él decidir si está dispuesto a pagarlo. Antes de que alguien pudiera responder, el suelo bajo ellos comenzó a temblar. Las runas en las paredes se iluminaron más intensamente, y un portal se abrió en el centro de la sala.—Este es el camino que debes tomar —dijo la figura, señalando el portal. Luego se volvió hacia Alex con una mirada que, pese a no tener ojos visibles, parecía perforarlo. —Sin embargo, esta prueba será solo tuya. Los demás no pueden acompañarte. El conocimiento que buscas debe ser reclamado en soledad. Calla y Luthor intercambiaron miradas preocupadas, pero la figura alzó una mano antes de que pudieran objetar. —No es negociable. Las pruebas están diseñadas para el portador de la resonancia que este lugar ha detectado. Ellos podrán esperar aquí o, si lo prefieren, abandonar la torre. Alex tragó saliva, sintiendo el peso de las palabras. Miró a Calla, quien asintió con determinación. —Ve. Estaremos aquí cuando regreses. Luthor, aunque reacio, asintió también. —Solo no te demores demasiado. Algo en esta torre no me da buena espina. Alex respiró hondo y se dirigió al portal, cruzando el umbral mientras la energía lo envolvía por completo. Alex miró el portal, su corazón latiendo con fuerza. No sabía qué le esperaba al otro lado, pero una parte de él sabía que no podía retroceder.—Estamos contigo —dijo Calla, colocando una mano en su hombro. Luthor asintió, aunque su expresión era de advertencia. —Pero debemos estar preparados. Esto podría ser una trampa tanto como una oportunidad. Alex respiró hondo y dio un paso hacia el portal, sintiendo cómo la energía del lugar lo envolvía. Sabía que este era un momento crucial, un punto de no retorno en su viaje. Con Calla y Luthor a su lado, cruzó el umbral hacia lo desconocido.