Alex Moretti despertó con un sobresalto, jadeando como si acabara de emerger de un sueño profundo y tumultuoso. Abrió los ojos y se encontró rodeado de un paisaje que no reconocía: vastos campos de hierba iluminados por un cielo irrealmente azul, salpicado de nubes que parecían pintadas a mano. Había algo extraño en todo ello, algo demasiado perfecto. Se llevó las manos a la cabeza, intentando recordar cómo había llegado allí, pero su memoria era un lienzo en blanco.De pie frente a él había un enorme portal de piedra, cubierto de runas luminosas que brillaban con un leve tono dorado. En el centro del portal, un vórtice giratorio de energía pulsaba con una fuerza hipnótica. Alex retrocedió instintivamente, tropezando con la hierba. Fue entonces cuando notó algo más: vestía una armadura de cuero liviana, con una capa corta que ondeaba suavemente al viento. A su lado, un bastón de madera y metal descansaba en el suelo.—¿Qué demonios está pasando? —murmuró Alex, levantándose con cuidado. Su voz sonaba extrañamente amplificada en el silencio del lugar. Al mirar a su alrededor, no vio ningún rastro de personas o edificios. Solo el portal, el campo interminable y un bosque oscuro en la distancia.Una notificación flotó repentinamente frente a sus ojos, como un holograma:
Bienvenido a Elysium, jugador Alex Moretti.
Estado del sistema: INESTABLE
Objetivo: Sobrevive. Encuentra al Oráculo para recibir instrucciones.
Parpadeó varias veces, tratando de procesar lo que acababa de leer. Había jugado videojuegos antes, claro, pero esto... Esto era diferente. Todo se sentía demasiado real: el viento en su cara, el olor de la hierba, incluso el peso del bastón en su mano cuando lo recogió. Si esto era un sueño, era el más vívido que había tenido en su vida.Él no había elegido entrar en Elysium, no recordaba haber iniciado sesión ni ponerse un casco de realidad virtual. Y, sin embargo, aquí estaba.Antes de que pudiera reflexionar más, un ruido bajo y gutural resonó desde el bosque. Alex se giró rápidamente, su corazón latiendo con fuerza. Una figura emergió de entre las sombras: un lobo gigantesco, con ojos rojos como brasas y colmillos tan largos como dagas. Su pelaje negro estaba erizado, y un gruñido profundo emanaba de su garganta.Alex retrocedió, su instinto de supervivencia gritando que corriera, pero sus piernas parecían congeladas. El lobo avanzó, y Alex levantó el bastón sin saber qué hacer exactamente. En ese momento, otra notificación apareció frente a él:Habilidad descubierta: Alquimia Esencial.
Estado: Latente. Usa el catalizador para activar.
—¿Catalizador? ¿Qué catalizador? —Alex gritó, mientras el lobo se abalanzaba hacia él.Antes de que pudiera reaccionar, una figura saltó desde un ángulo ciego, interponiéndose entre Alex y el lobo. Un destello de luz azul iluminó el campo, y el lobo cayó al suelo con un chillido. La figura aterrizó con agilidad, revelando a una joven con cabello plateado y ojos tan brillantes como una gema.—¿Qué haces aquí parado como un idiota? —espetó ella, girándose hacia Alex mientras una espada luminosa desaparecía de su mano.— Esto no es un lugar para novatos.—¿Novato? —Alex repitió, aún tratando de procesar lo que acababa de pasar.— ¿Quién eres tú?—Calla —respondía secamente, mientras examinaba el cuerpo del lobo caído. Luego lo miró fijamente, como evaluándolo.— Y parece que también soy tu única posibilidad de sobrevivir. ¿Cómo llegaste aquí?—No lo sé —confesó Alex, dejando caer el bastón. Se sintió mareado, como si todo el peso de la situación estuviera cayendo sobre él de una vez.— Solo aparecí aquí. No recuerdo nada.Calla suspiró, cruzándose de brazos. Parecía frustrada, pero también curiosa.—Eso no es normal. Nadie entra a Elysium sin preparación. Y menos alguien como tú, que claramente no tiene idea de lo que está haciendo.Alex sintió una punzada de indignación ante su tono despectivo, pero antes de que pudiera responder, Calla continuó:—Mira, si el sistema está inestable como dice, las cosas van a ponerse peores rápido. Necesitas encontrar al Oráculo y activar esas habilidades de alquimia que tienes. De lo contrario, estarás muerto antes de que termine el día.—¿Alquimia? —Alex frunció el ceño.— Yo no soy alquimista. No sé nada de eso.Calla lo miró fijamente, como si estuviera tratando de determinar si hablaba en serio.—Eso explica muchas cosas... y también lo complica todo —murmuró.— Ven conmigo. Te explicaré en el camino.Sin darle tiempo a replicar, Calla comenzó a caminar hacia el bosque, moviéndose con la seguridad de alguien que conocía el terreno como la palma de su mano. Alex vaciló, pero finalmente la siguió. Tenía demasiadas preguntas y ningún otro lugar adonde ir.Mientras se adentraban entre los árboles, Calla le explicó las reglas básicas del juego, aunque llamarlo juego parecía subestimar lo que era Elysium. Le habló de los jugadores atrapados, de los monstruos que se habían vuelto más agresivos desde la inestabilidad del sistema y de la importancia de llegar al Oráculo. Sin embargo, se negó a responder aún cómo había llegado ella allí o qué la había llevado a ayudarlo.—Lo importante ahora es que actives tus habilidades —dijo Calla, deteniéndose frente a un claro en el bosque.— La alquimia no es solo crear pociones o transformar cosas. Es controlar los elementos fundamentales del mundo. Y si lo que dicen esas notificaciones es cierto, tú tienes un talento que no se ve todos los días.Alex la miró, incrédulo.—¿Y cómo se supone que haga eso?Calla sonrió por primera vez, aunque había algo de dureza en su expresión.—Eso, Alex Moretti, es algo que vas a tener que descubrir rápido. Porque este mundo no espera por nadie.