El otro grupo de aventureros ya estaba acabando con su lado de lobos y a nosotros nos quedaban unos 35. Bakar se encargó de acabar con más de la mitad de los lobos que nos faltaban, mientras que yo acabé con unos cinco y el resto fueron derrotados por Vin y Ciro, que conjuraron una lluvia de rocas puntiagudas. Al terminar la batalla nos reunimos con Elena para que nos sanara nuestras heridas, cosa que hizo, y luego de esto nos fuimos a reunir con el otro grupo de aventureros. Bakar nos dijo que nos mantuviéramos alerta ya que podría ser una trampa, a lo que Elena le respondió:
—¡Bakar! ¿Acaso eres imbécil? ¿Cómo esto podría ser una trampa? Tienen gente herida y no tienen un sanador, así que yo me voy a encargar de sanarlos y ninguno de ustedes me va a hacer cambiar de opinión. ¡¿Escuchaste, Bakar?! ¡Tú también, Mark, que siempre sigues a Bakar para todos lados!
—Entiendo, Elena. Drako, tú igual mantente alerta —me susurró al oído.
—Sí... sí...
—Drako, no te preocupes, es una simple pelea de pareja, suelen pelear todo el rato.
—¿¡Espera, Bakar y Elena son pareja!?
—Eh, creo que se me salió, pero ya no importa. No se lo digas a Bakar o si no me va a matar —dijo Vin con una risa nerviosa.
Al cruzar el puente vimos a los heridos del otro grupo y cómo nos gritaban ayuda.
—¡Ayuda! —gritó una chica del otro grupo de aventureros.
—¡Apúrense! No podemos seguir manteniéndolos con vida —dijo uno de los tanques, quien por cierto era un señor bastante grande.
—Rápido, ¿cuál es el que está en peor estado?
—El de la derecha, se llama Mori.
—Entiendo. Escucha, Mori, vas a estar bien. Yo, Elena, seré la encargada de sanarte.
Elena murmuró el hechizo rápidamente: "¡Vulnus medicus!" Vi con mis propios ojos cómo Mori, que estaba al borde de la muerte, no se curó completamente pero sí lo suficiente para poder mantenerse de pie y caminar unos cuantos días antes de desplomarse.
—Ahora a ella, su nombre es Elara.
—Entiendo.
Elena volvió a conjurar el hechizo y sanó a Elara casi por completo. Estuvo en mejor estado que Mori porque sus heridas eran menos graves. Nos pusimos a hablar con el otro grupo de aventureros y nos empezaron a contar lo que les había sucedido y cómo habían llegado a esta situación.
—Llegamos al piso 15 cuando un grupo de orcos nos atacó. Quedamos muy mal heridos y nuestra sanadora había muerto. Lo único que nos quedaba era ir al quinto piso para refugiarnos. Nos habíamos quedado sin dinero y con suerte nos alcanzaba para comer y tener un lugar donde dormir, así que pasamos una semana en el quinto piso. Decidimos que ya era hora de salir de la mazmorra cuando fuimos atacados por uno de los monstruos marítimos de este piso. Logramos escapar, pero Mori y Elara quedaron muy mal heridos y, como vieron, ahora estábamos siendo acorralados por lobos. Si hubiéramos estado en buen estado los derrotábamos fácilmente, pero este no era el caso.
—Lamentamos su pérdida. Han pasado por muchas cosas difíciles en este mes. Si necesitan dinero les podemos prestar un poco.
—No se preocupe, señorita ¿Elena? Nosotros tenemos una herrería en la capital. Nuestros otros compañeros se quedaron a cargo de ella.
—Entiendo. Sé que no es el momento para decirles, pero ¿van a anunciarle la muerte de su sanadora al rey o a los eruditos?
—A los eruditos principalmente.
—Entiendo. Nosotros debemos seguir nuestro camino, pero primero, tengan, son pociones de sanación y fortalecimiento, por si las llegan a necesitar. Cuídense.
—Disculpe, señora Elena, pero ¿quiénes son los eruditos?
—Bueno, los eruditos son...
—Calla, Elena, yo le cuento —interrumpió Bakar—. Bueno, Drako, los eruditos son ex aventureros que formaron un negocio con información de otros aventureros solo para ganar dinerito y vivir una vida de lujo. Son una de las principales fuentes de información del reino sobre las mazmorras y los aventureros.
—Entiendo, pero ¿por qué dice que lo hacen solo por dinero?
—Porque la mayoría son clase A y podrían estar ayudando dentro de las mazmorras en vez de quedarse allí afuera como unos miedosos.
—Bakar, no digas eso. Tú sabes que la mayoría son ya viejos o tienen heridas irrecuperables.
—Y como el viejo Bork...
—¿Quién es el viejo Bork?
—Es un amigo de Bakar.
—Bakar, no hay caso contigo.
Pasó el tiempo y Bakar seguía hablando mal de los eruditos mientras Elena solamente lo retaba o corregía, y Vin y Ciro estaban muertos de la risa. Yo aún no podía creer lo de que el señor Bakar y la señorita Elena eran pareja; eran dos tipos de personas totalmente opuestas. El señor Bakar era una persona que le encantaba emborracharse y era muy impulsivo y desubicado, en cambio la señorita Elena era educada, responsable y preocupada por el resto de la gente.
—Pararemos acá a descansar. Mark y Vin, vayan a ver que no haya ningún monstruo cerca. Drako, ayuda a Ciro a hacer la fogata. Yo me encargo de hacer el resto.
—Señor Bakar, ¿hasta qué piso tienen pensado llegar?
—Hasta el piso diez. ¡Drako! ¡Ayuda a Ciro!
—Eh... sí, Ciro, ya voy