Sí, estaba triste por haber sido asignado al rango F, el más bajo. Pero aún así, no me iba a rendir. Iba a seguir el ejemplo de Bell y ascender de rango poco a poco, hasta llegar al codiciado rango S.
Fui a contarle a mi madre sobre mi rango. Ella me dijo que no me sintiera mal, que había muchos trabajos que yo podría hacer incluso siendo rango F. Para mi sorpresa, mi madre también desconocía la existencia de ese rango tan bajo. Me enojé con ella y le dije que iba a ser un aventurero y llegaría a la cima de la mazmorra. Fue una reacción un poco infantil de mi parte, pero ya nada de eso importaba.
Decidí ir a buscar a mi tío Rayo para que me diera un arma y poder practicar antes de iniciar mi viaje a la mazmorra. Él, al igual que mi madre, se sorprendió al enterarse de que me habían otorgado el rango F. Tuve que mentirle y decirle que mi madre me había dado permiso. Mi tío me entregó un arma y me dejó pasar a la sala de simulación, donde programé el nivel en rango E y comencé a entrenar.
Pasaron aproximadamente dos horas y ya no podía más. Había logrado matar solo a dos goblins de rango E, y si hubiera sido un combate real, probablemente habría muerto unas 200 veces. Frustrado y triste, me retiré del entrenamiento cuando, de repente, escuché una explosión a lo lejos.
Desde la distancia, vi a la gente correr y gritar, mientras el fuego consumía el pueblo. No podía creerlo: era Rei el causante de todo ese caos, había robado algo. Pude ver a dos aventureros de rango A, Nico "El Niño de Fuego" y Drigo "El Escalador", quienes eran famosos en la región por haber derrotado solos a un monstruo de rango S. Parecía que Rei no se saldría con la suya, pero de repente se escuchó otra explosión y el pueblo entero se incrementó. Fue demasiado para mí, y me desplomé.
Al despertar, vi los cuerpos de Bell, mi madre, Lucy y Drigo amontonados. En un rincón, estaba Rei muerto en el suelo, y Nico, de pie, mirando con tristeza el cadáver de Drigo. Supe entonces que la vida de los aventureros era realmente difícil, y este trágico evento me destrozó por completo.
Después del desastre, me quedé con mi tío Rayo en el refugio que el Rey Arturo había construido para el pueblo. Me acerqué a uno de los guardias y le supliqué que me dejara unirme a ellos, que haría cualquier cosa. Pero el guardia me respondió que no estaba en su poder tomar esa decisión. Fue entonces cuando me enojé y decidí hacerme fuerte por mi cuenta, aunque me tomara diez años, para poder proteger a mis seres queridos y llegar a la cima de las mazmorras.
Después de tres años, ya estaba listo. Había ascendido al rango D, que no era mucho, pero era solo el comienzo. Ahora mi objetivo era viajar a la capital de Dikor y buscar un grupo, ya que dicen que es casi imposible pasar los pisos de las mazmorras tú solo a menos que seas un rango S