En una de las cárceles más oscuras de Los Ángeles....se encontraba Vitale, 2 meses allí, 2 meses en esta nueva ciudad, pero tras las rejas.
Luca se encontraba en una esquina de la celda, en total silencio y oscuridad. Miraba hacia la nada....por su cabeza pasaba su pasado en Nueva Orleans.
—Como es posible que tus aliados te traicionen! —pasaba por su mente.
Recordaba a su antigua banda criminal, eran una banda respetada en la zona.... también eran un dolor de cabeza para los oficiales de policía.
Vitale era una de las cabezas maestra de la banda, si se trataba de organizar algún crimen o asalto el se encargaba de organizar un plan.
—Pense que éramos como una familia.....pero ahora me doy cuenta que no hay que confiar en nadie —Murmuro mientras miraba al techo.
Vitale estaba arrepentido de éso, a pesar que en el pasado era un tipo frío que no le importaba nada, ahora que está en esta oscuridad empieza a tener un poco de sentimiento.
—Ya no me queda nada, aunque sea libre en este momento no tengo a donde ir. En esta ciudad no tengo nada...—Pasaba por su cabeza.
Paso un rato en silencio....solo se escuchaba las gotas del grifo de su celda. Hasta que empezó a oir unos pasos que venían del pasillo.
—Debe ser uno de esos odiosos guardias —Murmuro en voz baja un poco frustrado.
El guardia sorprendentemente se dirigió a la celda de Vitale. Se paró en frente y lo miro fijamente.
—¿Que demonios quieres ahora? Son las 9 de la noche...vete que pienso dormir —Se levanto del suelo y se dirigió a su cama.
—No señor Vitale, hoy no podrá dormir aqui —Saco una llave de su bolsillo.
—¿Que? ¿A qué se refiere? —Miro la llave que sacó el guardia.
Puso la llave y abrió la celda, Vitale no entendía nada.
—Sea amable porfavor y acompañeme.
—¿Pero que significa esto? ¿A dónde quieres que te acompañe? —Dio un paso hacia adelante.
—Esta libre. —lo dijo directamente.
—¿Libre? Pero si me sentenciaron a muchos años. —Vitale estaba cada vez más confundido.
—Porfavor acompañeme y no trate de hacer nada estúpido —hizo a un lado su uniforme y le mostró una pistola.
Vitale salió de su celda, un poco desconfiado y confundido. Acompaño al guardia y en todo el camino solo pensó una cosa.
—¿Quien hizo esto?
El guardia lo llevo hacia la oficina del Comisario.
—Anda entra, el comisario está adentro.
Vitale abrió la puerta lentamente y entro con cuidado.
—¿Usted quería verme?
—Asi es señor Vitale, era solo para decirle que queda en libertad. —Agarro grandes fajos de billetes.
—¿Pero porque? ¿Usted sabe quién fue? —puso cara de confusión.
—Afuera lo está esperando una persona, la misma que me dió todo esto —pone los billetes en la mesa.
—¿Que? ¿Le pagaron todo éso para sacarme de prisión?
—Asi es, que esperas. Largo.
Vitale salió de la oficina y no dejaba de pensar quien pudo haberlo sacado, debido a que no tiene a nadie ni nada en LA.
—Vamos....te llevaré a la salida. —Dijo el guardia
—De acuerdo.
Se dirigieron hacia la salida principal.
—Aqui es, aquel tipo fue quien te sacó. —Empujo a Vitale a fuera y cerró la puerta.
Vitale no lo podía creer, respiraba la libertad una vez más, luego de tanto tiempo, pareciera que paso años. Pero ahora debe saber quién es el sujeto que lo saco de la carcel.
Vitale se acerca a el hombre que se encontraba parado alado de un auto.
—oye! ¿Tu eres el que me saco de aqui? —Dijo mientras caminaba hacia el.
—Asi es! Yo lo hice. —Lo dijo tranquilamente.
—Escuchame.....no te conozco y tú tampoco a mí, ahora dime quién eres.
—Oye tranquilo, no te da gusto volver a ser libre?
Y si tienes razón, yo no te conozco, Pero mi jefe si.
—T...tu jefe? Y quién demonios es tu jefe?
—Mi jefe es uno de los mafiosos más grandes de LA. —lo miro fijamente.
—¿Mafioso? Y que demonios tengo que ver yo con un mafioso.
Se sentía el ambiente tenso...en una noche fresca.
—Oh nada, solo que quiere que trabajes para el.
—¿Que yo trabajé para un mafioso? ¿Está loco?
—¿Porque no lo piensas bien? Ganarás mucho dinero.... supongo que ahora que saliste de la prisión lo necesitas más que nunca.
—Escucha....no me gustaría volver a la vida criminal de antes.
—¿Pero que estás diciendo? Tendrás que acompañarme, porque si no lo haces te quedarás solo y sin nada.
—No tengo nada aquí.....no tendría donde ir. Me hubieran dejado en la cárcel.
—Ya deja de decir tonterías y sube al auto. O si decides no hacelo, puedes irte al carajo y buscar dónde quedarte, dudo que encuentres un buen lugar para quedarte en esta ciudad. —Se sube al auto.
Vitale tenía que tomar una decisión importante, no quería volver a su vida de antes, pero estaba necesitado.
—Creo que no tengo más opción que acompañarlo —se sube al auto.
—Parece que tomaste una decisión, vámonos —Arranco el auto y se dirigían a ver a su jefe mafioso.
Mientras iban en el auto Vitale observaba la ciudad de Los Ángeles y quedó fascinado con ella.
—Es una ciudad muy bonita —Dijo en voz baja.
—Si que lo es..—Le respondió
—Por cierto...¿como se llama tu jefe? —Hablo mientras miraba por la ventana.
—Mi jefe es Giovanni Bellini, si le eres leal, serás uno más de la familia Bellini.
—Con que Bellini...
Pasaron unos 10 minutos y habían llegado a destino, aparcó el auto en una casa lujosa y grande.
—¿Aqui vive el tal Bellini? —Se bajo del auto
—Si! Ven te llevaré con el —Camino hacia la entrada.
Vitale estaba a punto de dar un paso importante, unirse a una mafia, podría cambiar su vida en esta ciudad.