CAPÍTULO 311
~Punto de vista de Zara~
—Ares... —susurré, sin saber qué hacer a continuación.
—Sí, querida, así es. Di mi nombre —gimió Ares.
—Por favor —sollocé, mi cuerpo respondiendo a sus palabras.
—Mierda —Ares juró—. ¿Por favor, qué...?
Mi cuerpo me estaba traicionando. Deseaba a Ares y se lo estaba diciendo. Sus dedos comenzaron a moverse, dibujando círculos en mi piel.
—Pequeño ángel, eres jodidamente perfecta.
Sus dedos se deslizaron hacia mis pechos antes de manosear suavemente su suavidad, apretándolos y masajeándolos.
Estaba en problemas, y mi cuerpo le mostraba cuánto lo deseaba.
—Así es, querida. Muéstrame cuánto necesitas esto —ordenó Ares.
—Mmm... —fue la única respuesta que pude reunir, su voz y sus palabras me hacían desearlo aún más.
—Tu piel es suave, como terciopelo —gimió él, sus labios dejando besos a lo largo de mis hombros.
—Ah...
—Sí, querida, déjame escuchar esos lindos sonidos.