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—A medida que caía la tarde, hablábamos de cosas más ligeras —historias de mi infancia, novedades de la manada e incluso algunos momentos divertidos de mi tiempo con Ella y Snow.
—Finalmente, Mamá se levantó, alisando la tela de su vestido —Te dejaré descansar. Mañana será un día largo, y necesitarás tu energía para la celebración. También te probaremos los vestidos mañana por la mañana. Así que, descansa temprano.
—También me puse de pie, acompañándola hasta la puerta —Gracias por venir a hablar, Mamá. Lo necesitaba.
—Ella sostuvo mi mejilla y me miró a los ojos, con amor —Eres más fuerte de lo que crees, Zara. Nunca lo olvides.
—Cuando se fue, cerré la puerta detrás de ella y me recosté en ella, con una pequeña sonrisa en mis labios.