CAPÍTULO 208
~Punto de vista de Zara~
—Esa fui yo. Yo envié ese mensaje —las palabras de la sacerdotisa cayeron como un golpe, dejándome sin palabras. Mi mente giró, tratando de unir todo lo que acababa de revelar.
Los mensajes anónimos que había ignorado, los extraños sueños que había descartado como estrés—todo había sido obra de ella.
Su penetrante mirada se suavizó ligeramente, como si comprendiera mi incredulidad. —Mi nombre —dijo con calma— es Siona. Soy una guía, una sacerdotisa o una observadora y la encargada de ponerte en tu camino.
Tragué duro, esforzándome por mantener mi palpitante corazón en calma. —¿Qué camino? ¿Qué quieres de mí? —pregunté.
Los labios de Siona se curvaron en una tenue sonrisa, pero no llegó a sus ojos. —No fuiste traída de vuelta solo para reescribir tu destino, Zia. Has renacido porque este mundo te necesita. Se avecina una gran calamidad, una que desgarrará no solo las manadas sino todo el continente.