CAPÍTULO 137
~Punto de vista de Zade~
La grava crujía bajo mis neumáticos mientras entraba en la extensa propiedad de Andrés, el tenue resplandor de las luces del porche proyectando largas sombras sobre el césped bien cuidado.
Andrés estaba en la parte superior de las escaleras, un sobre en la mano; su postura era relajada, pero su mirada era aguda como siempre.
Aparqué el coche y salí, el aire fresco de la noche rozando mi piel, lanzando mi cabello hacia mis ojos.
Andrés bajó los escalones, su sonrisa característica firmemente en su lugar mientras extendía la mano.
—Zade —me dio la bienvenida con calidez.
—Andrés —respondí, tomando su mano firmemente—. ¿Cómo estás esta noche?
—Bien, hermano.
—Conduje en cuanto dijiste que lo habías conseguido —Andrés se rió—. ¿Por qué no me dijiste que lo tenías antes?
—Confía en mí, hermano, no lo sabía. El correo acaba de llegar, y luego fue entregado poco después. Fue entonces cuando te envié un mensaje.