CAPÍTULO 75
~La perspectiva de Tempestad~
Las cejas de Koda se fruncieron mientras su cuerpo se tensaba, y vi cómo lo comprendía. La realización amanecía, lentamente al principio, y luego de golpe. Su lobo había estado alerta desde que había entrado en nuestro territorio. Simplemente no había entendido por qué hasta ahora.
Y las palabras salieron de nuestros labios en un susurro antes de que cualquiera de nosotros pudiera detenerlo.
Compañero.
—Tempestad... —su voz era baja, vacilante como si decir mi nombre por primera vez tuviera un peso diferente.
Su lobo gruñó, y supe que podía sentir cómo el vínculo se encajaba en su lugar, la conexión innegable que el destino había tejido entre nosotros.
Pero la mirada en sus ojos no era el alivio de un hombre encontrando a su compañera. Era un shock. Incredulidad. Y peor, el rechazo.
—No. No te atrevas a rechazarme. No así. No después de haber estado persiguiendo a mi hermana por tanto tiempo.