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CAPÍTULO 84
~Perspectiva de Tempestad~
La voz de Koda era fría, llenada de una mezcla de asco y descreimiento, y podía sentir el veneno detrás de sus palabras, el juicio en su tono.
Él ni siquiera se había molestado en ocultarlo.
Me había quedado congelada a mitad del paso, mi mandíbula se tensó mientras sus palabras cortaban profundamente, pero no le daría el gusto de ver cuánto me afectaban.
En cambio, me giré lentamente, enfrentándolo con toda la desfianza que pude reunir, mi mirada se fijó en la suya. Su lobo gruñía en el interior, y podía sentir a Otoño luchando por mantener el control, pero Koda no se movió.
—¿Y qué pasa con eso? —le respondí fríamente—. ¿Quién te dijo que esperaba tu aceptación? ¿O acaso olvidaste que hace horas le estabas declarando tu amor a mi hermana, incluso después de enterarte de nuestro vínculo?
La amargura en mi tono era inconfundible, pero no me importaba. Ya no tenía nada que perder.