Hades~
Extinguí el cigarrillo, aplastándolo bajo mi talón mientras mi mirada se clavaba en la mujer que estaba ante mí. Sus ojos dorados estaban abiertos de par en par, las manos se retorcían nerviosas frente a ella mientras se atrevía a sostener mi mirada, aunque su postura distaba mucho de ser confiada.
—La llevaste al ala izquierda sin mi permiso —afirmé, con la voz baja pero impregnada de una autoridad indiscutible. Las palabras no eran altas, sin embargo, resonaban en la quietud de mi oficina, cargadas de advertencia.
Ella tragó, su desafío anterior ahora era apenas una sombra. —Tengo mis razones. Si solo me dejaras explicar, Su Majestad.
Mis ojos se clavaron en ella, duros e inflexibles. Cerberus merodeaba como un depredador en mi subconsciente. Encendí otro cigarrillo, mi sangre hirviendo. Di una calada, mis ojos sin abandonar su forma retorciéndose.