Hades~
La luz se encendió y mi antiguo Theta entró en la sala y se paralizó. Dejó caer su bolsa y se arrodilló sobre una rodilla. —Su... Majestad —tartamudeó—. Usted está aquí.
Lo observé detenidamente, sus palabras resonando en mi cabeza. —Rook —murmuré.
Levantó los ojos hacia mí con hesitación. El miedo en ellos era tan claro como el día, pero debajo de eso, algo mucho más desafiante hervía.
—¿Sabes por qué estoy aquí? —pregunté, mi voz monótona, mis ojos entrecerrados.
Él tragó saliva. —Lo sé, Su Majestad.
Miré la apariencia de Rook—desaliñado, roto, pero aún de pie. A pesar de todo, logró mirarme a los ojos, aunque apenas. Su hermano yacía detrás de él, mantenido con vida por el zumbido de las máquinas, un recordatorio de su desafío y su fracaso.
—¿Conoces el costo de la traición? —pregunté, mi voz cortando el silencio. Dejé que las palabras flotaran, sabiendo que él sentía todo el peso de ellas.