Eva~
—Fuiste muy valiente, ¿sabes? —dijo Lia, sosteniendo mi mano.
Hice un sonido no comprometedor. Me explotó en la cara, ¿no es así? Pero no me arrepentí de mis acciones. Solo deseaba haber sido un poco más creíble para estas personas. No era ni siquiera por mí, era por ese niño. Esa mujer no debería tener licencia, y mucho menos estar cerca de niños.
Lia colocó una mano en mi hombro. —Fuiste valiente, y parece que estás tomando mi consejo.
—¿El de vivir mi vida?
—Sí.
—Realmente no estaba haciendo eso.
—Verás, princesa, ahí es donde te equivocas. El simple acto de defender lo que creías, incluso cuando nadie más lo haría, es vivir tu vida. No estás solo existiendo, estás luchando, sobreviviendo, tomando decisiones que importan.
Me volví para mirarla, la garganta apretada por emociones que no podía expresar en palabras. No me había sentido valiente. No me había sentido fuerte. Me había sentido acorralada y desesperada.