Eve~
La habitación estaba más oscura de lo habitual, iluminada solo por el tenue brillo de la luna que se filtraba a través de las ventanas del suelo al techo. Había estado acostada en la cama durante horas, mirando al techo y ensayando la conversación que necesitaba tener con Hades.
Lo escuché antes de verlo, el suave clic de la puerta, el sonido deliberado de sus zapatos en los pisos pulidos. Mi cuerpo se tensó instintivamente. Su marcha era desigual y había una atmósfera de energía apenas contenida irradiando de él, como una tormenta apenas contenida.
Cuando entró en la luz tenue, lo vi: el ligero bamboleo en su postura, la soltura en sus movimientos. Su cabello oscuro estaba despeinado, las líneas nítidas de su compostura habitual deshilachadas en los bordes. Pero fueron sus ojos los que me atraparon. Brillaban débilmente, demasiado brillantes, demasiado salvajes.