Eva~
Cuando se apartó, yo todavía estaba congelada en mi sitio.
Luego su expresión cambió. —Oh, lo siento si no quieres ser tocada.
Solo la miré fijamente, con la boca abierta. Luego negué con la cabeza, con las manos frente a mí. —No, no, no es eso en absoluto —negué, todavía conmocionada por su actitud—. Es solo que...
—¿Qué es? —preguntó ella, con las cejas levantadas por genuina confusión.
Abrí la boca para completar la frase pero pensé que era mejor no hacerlo y puse una sonrisa temblorosa. —No te preocupes. A pesar de todo, sentí un nudo en la garganta. Su actitud hacia mí me había tomado completamente por sorpresa.
Era demasiado pronto en la alianza como para que Licántropos y Hombres Lobo se toleraran entre sí, ni hablar de ser lo suficientemente amigos como para abrazarse. Estaba estupefacta.
—Oye —me saludó con la mano en frente de mi cara—. Creo que te perdí ahí.
Regresé de mis pensamientos y mi mirada se asentó de nuevo.