Hades~
—Esto se está saliendo de control —reflexionó Kael—. Primero la bomba en la escalera alrededor del cuello de Ellie y luego la que estaba en su teléfono.
Arqueé una ceja. Estaba de acuerdo con Kael, pero lo miraba fijamente, una pregunta en mi mirada. —¿Ellie?
—Es un pequeño apodo que Rojo le dio a Elliot.
Mi mandíbula se bloqueó instantáneamente. Le estaba llamando por el apodo que yo le había dado. Pero contuve mi ira. Perder el control cuando se trataba de Ellen se estaba volviendo cada vez más inevitable. Era como si se hubiera convertido en un maldito detonante.
Kael, el siempre observador beta, notó el cambio que intenté controlar.
—Hades, sé que tenemos un caso entre manos —gesticuló hacia el papel que contenía los detalles, el diseño, las fuentes probables y los sospechosos sobre las bombas.
No me gustaba hacia dónde se dirigía esto, pero mantuve una mirada firme sobre él. —Tienes algo que decir.