Hades
La multitud estalló en un aplauso controlado, un sonido hueco y mecánico que resonaba a través del patio.
La multitud observaba cómo el cadáver de Eve era colocado en una camilla fría de acero por dos guardias reales. El clangor metálico de las cadenas aún atadas a sus extremidades resonaba perturbadoramente en el patio. Su sangre dejaba un rastro oscuro manchado en la plataforma de ejecución mientras llevaban su cuerpo, desapareciendo detrás de un conjunto de puertas de acero en la parte trasera del escenario.
Las pantallas LED se desvanecieron en negro, borrando cualquier rastro de lo que acababa de ocurrir. Los aplausos disminuyeron, reemplazados por murmullos y conversaciones en voz baja, algunos con alivio, otros con inquietud.
Alfa Darius permaneció inmóvil en el balcón, observando a la multitud con indiferencia helada. Su voz volvió a cortar el aire.
—Ya está hecho —se limpió la cara extrañamente húmeda—. Eva Valmont, la gemela maldita, ha muerto.