—Todo comenzó hace varios años —empezó Dario—. Después del funeral de mi mamá, vi a este hombre con una máscara persiguiéndome, y se lo conté a mi tío.
—Resulta que ese hombre era mi papá —continuó—. Cristian observó la leve sonrisa en el rostro de Dario y supuso que debía estar feliz de ver que su papá todavía estaba vivo.
—Me dijo que se había estado escondiendo porque su propio padre había intentado matarlo
—Eso no es cierto —interrumpió Cristian—. Lo que sea que te haya dicho no es verdad, nuestro abuelo es muchas cosas, pero nunca mataría a su propio hijo. ¿Sabes cuánto lloró por tu papá?
—Quizás deberías dejarme terminar —Dario se mofó—. Cristian escuchó a Dario y cerró la boca para escuchar el resto de la historia. —Me contó que hubo una explosión y que él dio su vida para salvar a Lucio, pero nadie volvió por él
—Porque mi papá era el heredero del negocio familiar, y estaba a punto de morir —dijo Cristian—. Eligió salvar a su hermano. Fue su propia decisión.